Sergio Lobera será presentado como nuevo técnico de la Unión Deportiva Las Palmas este miércoles. Será su gran reto en su corta pero ascendente trayectoria como técnico. Su pasado en las categorías inferiores del Fútbol Club Barcelona es clave para entender la filosofía que pretende imponer en sus equipos.
«Empezó con 21 años. Naturalmente está muy influido por la escuela del Barcelona», señala Martí Cifuentes, entrenador nacional de fútbol y conocedor de Lobera desde sus primeros pasos en el Terrassa catalán [conozca su trayectoria].
Lobera trata de fomentar día a día ejercicios en los entrenamientos que perfeccionen el fútbol de toque, un estilo que, debido a las características del jugador canario y el gusto del espectador, será bien recibido en el Estadio de Gran Canaria. Constantemente realiza «ejercicios de posesión y de toque», indica Cifuentes, matizando que los entrenamientos prefiere observar el trabajo de sus pupilos desde la barrena, dejando para sus primeras espadas la preparación directa de los mismos. De él destaca su gran nivel de scouting, tanto de jugadores —es amante del fútbol de base— como de los rivales.
Su filosofía es clara: dominio y posesión del balón. «Siempre trata que su equipo salga a tener más posesión que el rival», explica Cifuentes, puntualizando que ello no signifique dejadez en la parcela defensiva proponiendo como ejemplo su paso por el San Roque de Lepe, en el que fue de los equipos menos goleados de Segunda B. Lobera utiliza un claro «4-2-3-1», aunque en ocasiones pueda parecer un «4-3-3 con las variantes que pueda introducir en determinados momentos». En el sistema destacan los laterales con vocación ofensiva y los extremos. «Juega muy abierto y con gente pelotera en el medio», añade Cifuentes esgrimiendo que en el AD Ceuta utilizó «transiciones algo más rápidas», que en sus anteriores equipos. Todo dependerá de las características de sus nueva plantilla.
Cifuentes hace un inciso con su paso por Ceuta. «Él siempre trató que los futbolistas demostrasen sobre el terreno de juego que no se merecían los impagos», apunta el técnico catalán, aduciendo que los problemas económicos personales en Segunda B son completamente distintos al caso de, por ejemplo, los futbolistas del Real Valladolid, también inmersos durante la temporada en impago de salarios.
Gestión del vestuario
El trato con los jugadores es uno de los puntos fuertes de Sergio Lobera. «Tiene un trato directo con la plantilla, en los entrenamientos puede parecer distante, pero a nivel de relación con los jugadores tiene mucho contacto», destaca Cifuentes, argumentando que su edad también ayuda.
«Con 36 años hacer lo que ha hecho sin haber sido futbolista dice mucho. Es un técnico que tiene los conocimientos. Es evidente que es la prueba más grande que ha tenido», concluye Cifuentes.
Ahora le toca convencer a una afición hastiada tras tantas temporadas sin cotas ambiciosas. La urgencia de éxito en toda la esfera amarilla será una prueba de fuego para un entrenador que acepta el reto de luchar por estar en los play-off de ascenso a Primera División.
