Hubo reacción, existió mejoría y se cortó la racha negativa fuera del Estadio de Gran Canaria. La Unión Deportiva Las Palmas no completó un encuentro grandioso en cuanto a juego en El Madrigal ante un exigente Villarreal, pero se destacan puntos intangibles que pueden derivar en un lectura más apropiada. Los de Lobera confiaron en sus posibilidades, compitieron dignamente y siempre creyeron en sacar premio de su constante sacrificio.
El Villarreal dirigido por Marcelino García se mostró superior en prácticamente todos los compases del encuentro. Alentados por la posibilidad de engancharse a la zona noble, los castellonenses cercaron a una Unión Deportiva que trató de aprovechar los espacios que dejaba el submarino a sus espaldas.
Perbet y Cani, emparejado con Pignol —fue un alivio la lesión del ex jugador del Zaragoza—, mantenían en vilo a una defensa desentonada en los primeros instantes, excesivamente fría. Daba la sensación que el Villarreal, más profundo por bandas, podía romper el partido en cualquier momento.
Se desperezó el conjunto de Sergio Lobera, espoleado por un Vitolo repleto de fe. Varias cabalgadas suyas acabaron en ocasiones para los grancanarios, que se pensaron en exceso en el hecho de probar las habilidades de Juan Carlos. Sin disparos a portería sería difícil ganar. En una de estas acciones, Vitolo, tras correr sesenta metros, asistió a Thievy a quién le sobró el control.
Cuando los jugadores visitantes pedían el descanso, llegaría la jugada del primer tanto. Un corner por encima del tiempo reglamentario sirvió a Pebert para adelantar a los villarrealenses. Un fallo defensivo, otro más, que pudo significar una nueva hecatombe lejos del Archipiélago. Pero hubo respuesta.
Penalti y reacción
Salió el Villarreal con el deseo de aprovechar el gol psicológico. Aumentó la intensidad, adelantó líneas y trató de sentenciar el encuentro en la reanudación. Las Palmas, desbordada, tan solo trató de no caer noqueada ante los golpes del conjunto de Marcelino. En el 52, fruto del dominio local, llegaría un penalti claro e incomprensible de Pignol sobre Uche. El zaguero francés, nuevamente, no estuvo nada acertado en otra actuación para olvidar.
Cuando el desánimo parecía poblar a la Unión Deportiva se erigió la figura de Mariano Barbosa. El guardameta argentino adivinó el lanzamiento de Farinós realizando una extraordinaria estirada hacia su izquierda. La acción dio alas a los grancanarios, que a pesar de la superioridad local todavía estaban vivos. Los de Lobera reaccionaron con casta.
A la hora del encuentro las tornas se cambiaron. Era el Villarreal quien esperaba, y Las Palmas el que buscaba la portería de Juan Carlos. Nauzet apareció, Vitolo se entonó en la banda y el equipo comenzó a carburar en las líneas de pase en ataque, ayudado por Tato, que entró en el descanso sustituyendo a Chrisantus. Del posible 2-0 se pasó a pensar en puntuar en El Madrigal.
Una falta botada por el propio Alemán, en el 72, traería el empate. Anteriormente había ejecutado otras desde la misma distancia con un resultado mejorable. El diestro de Las Mesas consiguió darle trayectoria al balón, que, con efecto, se dirigió hacia el corazón del área. Jeison Murillo entró como una exhalación para cabecear el esférico ante una defensa castellonense sorprendida. El central cafetero voló entre la zaga amarilla para subir las tablas al marcador.
Las Palmas no se arrugó, y el partido ganó en nervio. El Villarreal, obligado a vencer, trató de darle brío a sus jugadas pero pecó de querer marcar antes de generar. En el 80 llegó una nueva jugada dudosa en el área grancanaria: Murillo derribó con claridad a Uche, pero Vallés Aller, árbitro de la contienda, se desentendió del episodio. Fue la única acción en la que el colegiado castellano-leonés benefició a una Unión Deportiva Las Palmas lastrada por innumerables amonestaciones. Tantas, que Thievy, Vitolo y Murillo no podrán estar ante el Barcelona B.
Al final, ambos equipos acabaron maniatados ante su excesiva ambición. Un empate a las vistas justo, que por encima de la cuantía del botín, deja una imagen de sacrificio y tesón esperanzadora para los partidos lejos del Estadio de Gran Canaria. La racha negativa se corta, se logró dar la cara ante un Villarreal que estará peleando por subir a Primera División y se vuelve a la mentalidad de la media inglesa. Ahora, toca redondear este empate ante el filial blaugrana en el fortín de Siete Palmas. Las ilusión sigue al alza.
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Villarreal Club de Fútbol 
1-1 
Unión Deportiva Las Palmas
Villarreal CF: Juan Carlos; Mario, Musacchio, Dorado (Pablo Íñiguez, 74’), Jaume Costa; Cani (Trigueros, 23’), Farinós, Bruno, Moi Gómez (Aquino, 73’); Perbet y Uche. Entrenador: Marcelino.
UD Las Palmas: Barbosa; Pignol, Murillo, Deivid, Castellanos; Momo (Vicente Gómez, 84’), Hernán, Nauzet, Vitolo; Chrisantus (Tato, 46’) y Thievy. Entrenador: Sergio Lobera.
Goles: 1-0, min. 45: Perbet. 1-1, min. 72: Murillo.
Árbitro: Jorge Valdés Aller (Comité Castellano-Leonés). Amonestó al local Moi Gómez (68’) y a los visitantes Murillo (12’), Thievy (28’), Vitolo (52′) Dani Castellano (47’), Hernán (57’) y Pignol (85’).
