El sino, por Néstor CEBRIÁN

Si hay un meme advice animal con el que me siento identificado ese es Paranoid Parrot. Esa sensación de que cuando las cosas van bien, siempre podrían empeorar, debe ser algo cultural, genético o innato. Por eso cuándo oí al principio de la segunda parte “Gol del Racing”, pensé «es imposible que esto fuera a ser tan sosegado». Porque, francamente, hasta ese momento lo había sido.

El partido comenzó como debía hacerlo. Las Palmas al ataque. Ni en tromba, ni a lo loco. Con juego. Y sin haber meneado demasiado la palmera caía el primer coco. Penalti transformado por Vitolo. Los amarillos hicieron de tripas corazón durante los 45 minutos iniciales. A falta de Thievy y sin posibilidad de jugar en largo, pase en corto y dominio del tempo. Javi Guerrero en la punta de un tridente formado también por Nauzet y Vicente Gómez. A una banda, la izquierda, Vitolo, Momo en la derecha y con Tato de delantero. Y la verdad que dio resultado. Además sin buscar el pase en largo, jugando en corto, se encontró la profundidad a la espalda de la defensa (algo menos) numantina. Así llegaría el segundo de la tarde, Deivid busca el espacio y Tato aprovechó la oportunidad que venía rondándose tras el primero.

Lo malo de no depender de uno, es que además estás bajo el dominio de la radio del señor de atrás, que se asemeja a la función de uno de los precognitivos de Minority Report, pero con transitor pegado a la oreja o unos auriculares, según la edad, en vez de cápsula sensorial. Así que el caballero iba dando resultados mientras Las Palmas desarrollaba tan satisfactoriamente el juego. Al Alcorcón le habían caído dos, pero el importante lo gritó otro precongnitivo y el sector de la grada se levantó en peso. Sin embargo, me asustaba el que llegaba desde Córdoba. 0-1 para el Mirandés.

La segunda parte empezaba mejor aún. Gol del Racing. Y ahí fue cuando me convertí en el Loro Paranoico. Las Palmas ya no era la misma, algo había cambiado. Hemos visto que sin pelota, ante equipos que la saben mover los amarillos no se sienten cómodos, sufren. A pesar del daño que infringe al contraataque, su defensa se expone demasiado. Sabadell o Lugo, ejemplos con distinto resultado pero en ambos Barbosa salió en demasiados planos de la retransmisión. Los sorianos también habían mutado, combinaron muy bien con el balón. En este punto he de hacer una terrible confesión, en los partidos que le he visto este año al Numancia, Julio Álvarez me ha encantado. Y con ese juego de toque los rojillos no tardaron mucho en marcar el gol de la realidad. La UD no viaja en autopista, va por la carretera vieja. Y para llegar a la promoción habrá que parar en Vecindario a comprar bocadillos, poner gasolina y parar un ratito en una sombra para que el motor se enfríe un poco. A todas éstas segundo del Mirandés. Salvo dos goles del Córdoba, el Racing, rival de la Ponferradina, está en Segunda B. Aunque marque 300 goles. Quedan 30 minutos. Ahí el corazón dio el primer chasquido de la tarde. El segundo fue en el mano a mano que saca Barbosa.

La UD seguía sin aparecer, la esperanza era que el Numancia no hilvanara. Que la providencia dejara a Vitolo un pasillo. Que Nauzet encontrara a alguien en un pase en largo. Y ocurrió lo primero, la menos deseable para la salud de los aficionados. Pero valía igual. No sin sufrimiento, ni sin los fantasmas de las semanas pasadas, ni sin la expulsión por doble amarilla de rigor, esta vez de un consistente Vicente Gómez. Se ganó. Tras el pitido final la vida se jugaba en el Bierzo. Se formaban corrillos en torno a una radio o un móvil con cascos. Los sesenta y los smartphones unidos por el mismo propósito, informar, ya fuera en mitad de la grada, en las escaleras, en la parte de arriba de grada. ¡Qué necesidad! —se decía uno para sus adentros y para sus afueras más cercanas. A lo que le seguía —mucho no debe quedar…  A ver si pita de puñetera una vez—.  Claro que si uno no es un precongnitivo, ni está compartiendo oreja con alguno, se sufre un pizco menos. Y gracias, porque la Ponferradina tuvo el tanto de la remontada. Así que después de cuatro pellizcos cardiacos pero con tres puntos más, la UD vuelve a tener la independencia clasificatoria. Esperemos no necesitar de radio en la visita a un Murcia que se aferrará al clavo de los descensos administrativos.

… Y todo eso en el día que Las Palmas Atlético subió a Segunda B. Enhorabuena.

[box size=»large»]nrobaina_200por Néstor Cebrián
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