Doce años de esclavitud, por Nauzet ROBAINA

OPINIÓN | Era diciembre y se estrenaba ’12 años de esclavitud’ en España con uno de los mayores hype que había recibido una película en los últimos años – tres meses después acabaría ganando tres Óscars, incluido el de mejor película -. Recuerdo salir de la sala de cine con sensaciones encontradas. Me había gustado la película pero también sentía que no era una de esas que recordaría toda mi vida.

Mientras yo me debatía internamente sobre si realmente me había merecido la pena pagar por verla, mi acompañante me sacó de dudas con simple comentario. «Se me ha hecho eterno, parece que dura doce años de verdad. A ver, tiene partes buenas que entretienen pero en general ha sido muy lento, estaba deseando que acabase», me dijo.

En ese momento para mí no fue más que una simple crítica en caliente a una película que me había robado toda una tarde. Ahora, con perspectiva, me parece el mejor comentario posible para describir la historia reciente de la Unión Deportiva Las Palmas, que tras doce años viviendo esclavizada en los suburbios del fútbol español está cada vez más cerca de regresar a la metrópoli que tantos focos acapara, aquella de la que nunca debió marcharse.

Han sido doce años pero ha parecido una eternidad. La espera ha sido muy larga y el camino, complicado. Estar al borde de la desaparición y descender a Segunda B complicó un regreso que convertía en una utopía con el paso de las temporadas. No jugar en Primera División y luchar por no descender nuevamente se convirtió en lo normal para un equipo que por entidad, historia y afición, no merece tal insulto. Pero todo eso puede acabar el próximo domingo.

Un partido, noventa minutos. Tras más de una década soñando con volver del destierro, ahora sólo queda un paso para volver a pisar la tierra sagrada. Para más inri, será en el Estadio de Gran Canaria, con más de 30.000 personas presenciando en directo el espectáculo cuya la única idea en la cabeza será la de acudir a la Plaza de la Victoria a celebrar lo que tras tantos años de sufrimiento han estado esperando.

Es el momento de liberarse de las cadenas de complejos y temores para recordar lo que la Unión Deportiva Las Palmas fue una vez, y lo que nunca debió dejar de ser: un equipo de Primera División.

[box size=»large»]por Nauzet Robainanrobaina_200
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