OPINIÓN | Dicen muchos estudios que son necesarios veintiún días para que una persona sea capaz de acostumbrarse a un nuevo hábito. Es ese el tiempo mínimo que debe pasar para que esa actividad se convierta en una rutina aceptada como algo natural en la vida diaria. Incluso, en los últimos años se han realizado exitosos programas de televisión basados en esto: estar veintiún días realizando la misma actividad durante las veinticuatro horas del día.
Ahora bien, ¿qué tiene que ver esto con la Unión Deportiva Las Palmas? Sencillo. Quedan 21 días para que comience la Liga en Primera División y en el club disponen de ese tiempo para arreglar el descontento generalizado que parece existir entre los aficionados del equipo amarillo. El precio de los abonos, la no compresión de la nueva organización de la dirección deportiva, la planificación de la pretemporada o los movimientos en el mercado de fichajes son algunos de los motivos que han generado este ambiente de pesimismo. Una desilusión que se palpa en la conversación de la calle, en las redes sociales y en cada foro de opinión. Obviamente no serán todos los que piensan igual, pero sí hay una gran parte de la masa social que muestra abiertamente su descontento.
Así pues, a menos de un mes para que el balón eche a rodar en el Vicente Calderón, la Unión Deportiva Las Palmas aún tiene tiempo de cambiar la dirección del viento hacia ese optimismo e ilusión que debe suponer regresar a Primera División después de trece años. Generar ese sentimiento de reconciliación con los aficionados más descontentos y volver a engancharlos para la causa. Porque, no nos engañemos, en Primera tocará sufrir por salvar la categoría pero cuanto más empujen con intención de apoyo, más fácil será conseguirlo.
Las decisiones tomadas en los últimos tiempos ya no tienen remedio, y probablemente no hay quien se arrepienta de ellas, pero lo que aún está por venir sí que se puede elegir. La pelota está ahora en el tejado del Club. Quedan veintiún días para llegar en las mejores condiciones al inicio de Liga, tanto para el equipo sobre el césped como para la comunión con la grada.
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