CONTRACRÓNICA | Se medían en el Estadio de Gran Canaria este domingo dos conjuntos que en la jornada inicial apostaron por una disposición táctica en la que destacaba la presencia de una zaga formada por cinco defensas. Ambos repitieron esquema para esta segunda jornada y, sin embargo, pese a la similitud del dibujo, nada tuvo que ver la manera en que unos y otros ejecutaron su respectivo plan en base a ese sistema de juego.
Herrera decidió utilizar una alineación similar a la que tan buena imagen dio en el Vicente Calderón con la salvedad de la entrada de Varas en el marco y de Culio en el volante izquierdo ocupando la posición habitual de Hernán, quien retrasó su posición para desempeñar el rol de Javi Castellano. Enfrente, Lucas Alcaraz planteó un mismo dispositivo aunque con un fin distinto.
Si bien el conjunto amarillo plantó tres centrales con dos carrileros muy abiertos y ofensivos, el combinado granota ejecutó la idea defensiva de su técnico basada en ser una roca en la retaguardia, con la intención de reducir los espacios para la UD. Dos equipos con el mismo esquema de juego pero con distinta interpretación del mismo.
No obstante, pese a que la idea del entrenador local era más atrevida que la de su homólogo en el banquillo visitante, eso no fue suficiente para que los amarillos encontrasen el camino del gol. El césped, en lamentables condiciones, tampoco ayudó a que la Unión Deportiva jugase bien en campo rival.
Ser más atrevido que el Levante no es complicado, básicamente porque el cuadro valenciano no propone absolutamente nada con el balón. Aún así, se echó en falta mucho más atrevimiento por parte de Paco Herrera en la segunda mitad del partido cuando, apurando al máximo los cambios, pareció dar por bueno el punto que ya tenía en su saco.
Al final, un punto que sirve para estrenar el casillero de la temporada pero que sabe a poco teniendo en cuenta el rival, su propuesta, y la necesidad de ganar cuanto antes para evitar presiones innecesarias.
