Con la miel en los labios, por Rafa León

Parecía que por fin se acabaría la pesadilla. Era imposible entender como la Unión Deportiva no había logrado nunca en su historia vencer en el Bernabéu.

El linier se le dio a Isco muy justo. A pesar del duro golpe Las Palmas. Después de 37 victorias oficiales, solo cuatro empates y 33 derrotas. Con unos números paupérrimos y todo en contra, llegando a la capital con cuatro derrotas seguidas, había que ser muy optimista para pensar en la victoria. Pues estuvo ahí y se tuvo miedo con todo a favor y el 1-3. El Madrid empezó fuerte, con un gol anulado a Morata por fuera de juego y otro que se le dio a Isco muy justo. A pesar del duro golpe Las Palmas no se vino abajo y se creció. Y vamos si se creció. Jugó un señor partido en los primeros 45 minutos, mereciendo algo más que el empate a uno que reflejaba el marcador en el descanso.

Tras la reanudación Bale cometió un error más propio de un joven juvenil que de un jugador profesional del más alto nivel. Le dio dos patadas por detrás a Viera, que le empuja primero, pero el galés se pasa de frenada y le empuja con dureza, por lo que se autoexpulsó. Esa acción se lo puso todo de cara a los amarillos, que fueron a por la victoria. Un claro penalti de Ramos, tras un enorme paradón, supuso que Viera pusiera el 1-2 y Boateng a la contra el 1-3 para que sonara por todo lo alto el pío pío en Chamartín.

El Madrid lo intentó y tuvo varias muy claras para reducir distancias, aunque parecía que sería el día elegido, pero ya se sabe que a los merengues no les puedes dar ni media. No se supo rematar la faena y todos nos quedamos con la miel en los labios porque el penalti es más que dudoso, por no decir que inexistente y el córner que supone el empate claramente no es… Si a eso sumamos que el gol de Isco estaba al límite del fuera de juego, por no decir que estaba, más leña al fuego. Frustrados por no lograr la primera victoria en el feudo madridista y por la cruel manera que se produce el empate final, pero muy orgulloso del trabajo del equipo, aunque no se supiera rematar y golear a un adversario herido.

por Rafa León
Redactor de Cadena Ser Las Palmas
Delegado en Canarias del Diario As











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