Intrahistoria: Una convivencia deteriorada

INTRAHISTORIA | Este sábado Setién desveló que se va al final de curso, algo que se podía anunciar en cualquier momento pero que contrasta con la sensación con la que se terminó el encuentro del Villarreal.

Lejos de la satisfacción por la victoria, el ambiente en vestuarios al término del choque ante el Villarreal acabó sumando un capítulo más a un 2017 donde no todos los focos están en el rectángulo de juego. Un argumento clave –no el único– para entender la salida de Quique Setién de la UD Las Palmas.

Corría el viernes 17 de marzo sobre las 21:30 horas cuando Vicandi Garrido señalaba el final del partido en el Estadio Gran Canaria. La UD Las Palmas se había impuesto a un gran rival como el Villarreal, pero las sensaciones no eran buenas. Así lo reflejaban las caras de varios futbolistas del equipo grancanario, que enfilaron el túnel de vestuarios sin ningún síntoma de alegría por otros tres puntos.

La tensión creció dentro de la caseta. El ambiente no era bueno y las reacciones así lo demostraron. Marko Livaja, quien ya había tenido alguna reacción de desaprobación en el banquillo durante el choque, lanzó su camiseta al suelo, molesto por lo que consideraba una promesa incumplida del técnico, quien habría prometido que el delantero croata tendría minutos. Además, según ha informado Canarias Radio La Autonómica, el enfado del croata con Setién llegó a alcanzar un nivel alto de tensión. «Algún jugador se ha puesto nervioso porque no ha salido al campo», explicaba posteriormente el técnico en El Larguero.

No fue lo único destacado en vestuarios. Mauricio Lemos, quien también venía encendido desde la recta final del encuentro, teniendo incluso que ser calmado por sus compañeros en el césped tras ver la amonestación, habría pagado su enfado con paredes y alguna mampara en el vestuario, marchándose poco después de la caseta y sin querer atender a los medios de comunicación en zona mixta.

En un primer momento se había hablado que había roto un cristal, algo que ha desmentido el futbolista uruguayo. No obstante, y según testigos que se encontraban cerca de los vestuarios, el enfado del charrúa seguía siendo notable y su representante, que se encontraba en zona mixta, se acercó a calmarle.

Otros futbolistas tampoco mostraron su cara habitual al término de los partidos. Alen Halilovic optó por quedarse en el terreno de juego lanzando faltas a portería, mientras otros como Jonathan Viera abandonaron el Estadio sin pasar por la ducha, con un enfado evidente. «No ha sido un buen día, no estoy contento», comentaba al finalizar el partido.

El de La Feria había comenzado el día con la desilusión de haberse quedado a las puertas nuevamente de una llamada de la Selección Española. Tampoco salió contento Jesé Rodríguez. Disputó alrededor de 20 minutos empezando desde el banquillo y enfiló directamente el túnel de vestuarios sin saludar ni mediar palabra. Quique Setién explicó en rueda de prensa que se había perdido algunos entrenamientos por molestias y no le veía en plenas condiciones físicas para disputar el partido desde el inicio.

Estos acontecimientos no hacen más que aclarar que la convivencia actualmente dentro del vestuario no es la idónea. El ambiente se comenzó a enrarecer en la ya sonada semana en Madrid y Barcelona durante el mes de enero. Aunque ya resonaban otros casos internos del pasado.

Desde ese entonces y a raíz de la forma de gestionar el asunto en público por parte de Quique Setién, en el seno del vestuario han quedado unas heridas que no han terminado de sanar. Jonathan Viera fue castigado tras una discusión en el Camp Nou, mientras que Aythami Artiles lo fue tras otro acto de indisciplina al terminar el choque en el Bernabéu. No deja de ser llamativo que ocurra con dos de los capitanes de la plantilla.

En su momento y al tomar la decisión de tratar el asunto en público, Setién esperaba que esa decisión hiciera bien al grupo y sirviera para crecer. Lo cierto es que este deseo no se ha hecho realidad, y desde entonces la relación tanto en el vestuario como con algún miembro de la Dirección Deportiva, lejos de sanar, se ha ido deteriorando hasta llegar a unas diferencias insalvables. Hasta hoy, día en el que Setién anunció que no renovaría con la UD.











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