Las Palmas se enfrenta a una semana maratoniana

Tras el parón de selecciones la competición liguera vuelve a su curso y a Las Palmas se le presenta un calendario con tres partidos en apenas seis días. Será una semana frenética que supone un buen momento para hacer rotaciones y medir el estado físico de los jugadores.

Celta de Vigo, Eibar y Betis son el futuro inmediato de Las Palmas. Tan inmediato que se enfrentará a esos tres equipos en apenas seis días. Esto se debe a que habrá jornada entre semana y la UD es una de las más perjudicadas a causa de este reajuste.

El combinado amarillo se enfrenta al Betis el domingo 9 de abril, tan solo seis días después de haber jugado contra el Celta y con el partido del Eibar de por medio. En cambio los sevillanos dispondrán de nueve días para preparar los tres partidos que le toca disputar, ya que empezará esta jornada jugando el viernes día 31 de marzo. La diferencia de tiempo es sustancial y puede ser determinante en el devenir de cada partido.

No obstante, Las Palmas dispone de una plantilla amplia y plagada de jugadores ansiosos por jugar, ya sea porque han tenido pocos minutos a lo largo de la temporada o porque vuelven de lesión y querrán recuperar el ritmo de competición lo antes posible, como es el caso de Míchel Macedo o Hernán Santana.

El amplio volumen de minutos –270 por jugar en seis días–, hace que suponga un momento ideal de la temporada para que Quique Setién pueda gestionar los minutos de cada jugador, dar descanso a los que lleven una gran carga de kilómetros recorridos sobre sus piernas y ofrecer una oportunidad a jugadores que quieran reivindicarse en este tramo final de la temporada. Futbolistas llamados a ser importantes para la UD, como Hernán, Halilovic, Mateo García e incluso alguno de los canteranos podrían disponer de un buen puñado de minutos que les haga recuperar el nivel y, por qué no, ganarse un puesto en el once para lo que queda de competición.

La vuelta a la normalidad también supondrá una prueba de concentración e intensidad. El parón ha sido largo y ha podido llevar a la relajación a un equipo al que sólo le queda por certificar la más que probable permanencia y cuya situación en la tabla clasificatoria está casi vista para sentencia.

Un reto mayúsculo

Todo esto puede suponer un problema teniendo en cuenta que el rival de Las Palmas en la próxima jornada es el Celta de Berizzo, un equipo caracterizado por su intensidad y su juego frenético. No en vano logró endosarle a la escuadra de Setién un 0-3 en poco más de 20 minutos en el partido de ida. Además la historia reciente de este enfrentamiento hace pensar que volverá a ser un partido de mucha intensidad, juego vertical y de ida y vuelta, sin tiempo para descansar.

A pesar de lo exigente que se presenta el calendario hay que recordar que los chicos de Setién se crecen ante la adversidad. El año pasado, casi a las mismas alturas de temporada, llegó un momento en el que la UD tenía que enfrentarse a tres rivales en una semana, situación que el equipo grancanario aprovechó a las mil maravillas para desplegar sus alas a pesar de ser uno de los momentos más complicados de la temporada. Lograron un pleno, tres victorias en tres partido en apenas siete días. Desde entonces, no dejaron de volar hasta que certificaron la permanencia y finalizó la competición.

Serán seis días de mucho trabajo y esfuerzo en el que habrá oportunidades para todos, tanto para los jugadores como para el colectivo en sí. Tras varios meses en los que el equipo no ha estado del todo afortunado, llega una oportunidad de oro para recuperar la confianza y finiquitar la temporada por todo lo alto. Ahora toca despejar la duda de cómo reaccionan los amarillos a la marcha anunciada de Quique Setién. El lunes, primera prueba.











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