Miguel Ángel Ramírez lleva más de trece años al frente del club insular, tiempo en el que ha presidido al equipo amarillo en Segunda B, Segunda A y Primera División. Llegó a una UD a la que las deudas económicas le auguraban poco tiempo de vida, pero su figura y la del juez Cobo Plana fueron trascendentales en su recuperación financiera.
El empresario grancanario ha conseguido gestionar un club que se encontraba al borde de la ruina en Segunda B con una deuda millonaria y llevarlo a la máxima categoría del fútbol español, con unas cuentas completamente saneadas. Actualmente es el máximo accionista del club, teniendo en los últimos años varios ofertas para vender sus acciones, pero siempre negándose a desprenderse de ellas.
El presidente ha vivido diferentes etapas del club, algunas en las que ha sido muy criticado como en el descenso a Segunda División o el día del fatídico «Cordobazo». Por supuesto, también ha habido grandes momentos con él como máximo responsable, algunos ejemplos son el ascenso a Segunda División en el años 2006, el ascenso a Primera División en el 2015 y la permanencia con un estilo e identidad 100% canario con Setién en el banquillo. Muchas etapas en las que ha acertado y se ha equivocado en sus decisiones, que siempre han ido rodeadas de polémica.
Miguel Ángel Ramírez cumplirá hoy en el estadio Martínez Valero su partido número 600 como presidente del club. Convirtiéndose en el primer mandatario en toda la historia del club insular que llega a semejante cifra. Unas cifras que dejan constancia del protagonismo y el poder que ha tenido durante más de una década al frente de la UD Las Palmas. El presidente tiene ahora el reto de volver a colocar a los amarillos entre los mejores equipos de España, consiguiendo así su tercer ascenso.
