Fue indignante que en este artículo sobre
Los 10 defensas más limpios de la Liga se diera más importancia a centrales que llevaban 3, 5 o 6 faltas en 9 partidos sin recibir ninguna tarjeta que a David García que sin hacer ninguna falta había visto 3 (por protestar). Reflejaba perfectamente los arbitrajes de doble rasero que estábamos (o estamos) sufriendo.
Se debería perseguir a estos árbitros que sacan tarjeta "por protestar" a un jugador y luego los ves permitiendo protestas más aireadas de las estrellitas de turno. En el caso de
Estrada Fernández con la poca vergüenza de hacerlo en el mismo partido, permitiendo a Sergio Ramos tantos reproches que el trencilla parecía el mayordomo del defensa madridista, por no decir lo que realmente parecía.
Una prueba manifiesta de favoritismo o corrupción que ni siquiera se toma en consideración para descender a los colegiados. La Liga está podrida.