Re: Conquista de Gran Canaria
Publicado: Dom Ene 15, 2017 7:35 am
Efectivamente me refiero a la antítesis de las posturas anteriores, representada por un determinado grupo de autores interdisciplinares, no exclusiva pero especialmente del ámbito financiero y de la gestión patrimonial.
No puede ser de otra manera, el Independentismo Canario probablemente siga conectando con un sentimiento popular pero, en cuanto esfera especulativa, sus piedras de toque son la gestión de los Recursos Naturales, el comercio exterior, la deuda soberana, el gasto público, la diversificación sectorial, la creación de riqueza y el régimen fiscal. Mientras el independentismo partidista lo representan grupúsculos inspirados en el movimiento obrero con proyectos como la reconstrucción del "guanche" —en los que incluso se dan patadas a la berberología y a la lingüística de las hablas timazighen—, un cajón desastre que oposita a subvenciones como ha sido el Centro de la Tortura Popular Canaria.
En cierta manera se está constituyendo un corpus de programas o tesis de distinta viabilidad que reúne ideas desde la implantación de regimenes fiscales especiales (paraíso natural y fiscal como el Modelo Islas Caimán), un Acta especial regulatoria del juego en el archipiélago (Modelo Marsella, Malta o incluso Reservas Nativoamericanas USA), explotación de yacimientos petrolíferos, fondos soberanos, etc. Ya que en ello se ponen en liza figuras de Independencia más sofisticadas que las del Estado Soberano, como el Libre Asociado o la Plena Autonomía Interna. Un ejemplo de esto último sería Jorge Dorta, y por parte de la gestión patrimonial mencionaría a Farrujia de la Rosa.
Pero el Giro que ha significado que la reflexión se centre en el Modelo Económico y de Gestión del Patrimonio Cultural y Natural del Archipiélago es muchísimo más amplio. Centrando el debate en los distintos programas de desarrollo (o supervivencia) de la Economía Canaria que no encontrarían viabilidad en el actual panorama de soberanía demediada y alienada, en el seno de un Estado Español cuya soberanía está asimismo demediada y alienada por Europa. El mismo caldo de cultivo que ha generado el Brexit británico o el Proceso Soberanista Catalán (cada uno con sus reactivos particulares), prácticamente ha inaugurado un nuevo debate soberanista en las islas, probablemente urgido por la premura que suscitó la controversia de los yacimientos petrolíferos en aguas marroquíes y el especial estrago ocasionado por la crisis de Deuda Española y la desmedida Corrupción de nuestra clase política.
Las formas de Estado Libre Asociado o de Plena Autonomía son interesantes si se impusiera la revisión del contrato político español. Y acerca de futuribles formas de autogobierno deberíamos otorgar al pensamiento independentista, como mínimo, algún beneficio de la duda, ya que su inspiración y vocación son naturalmente descentralizadoras.
En mi opinión, si hubiéramos de encontrar un modelo congruente con todo lo que hay sobre la mesa sería el suizo. En su sistema cantonal la misión de una Asamblea Federal procura evitar que los cantones más grandes se impongan a los menos influyentes. Y a título anecdótico hay que decir que la fisiología del cantón es, ab origine, tan etnológica, o geográfica y cultural como pueda serlo la insular, ya que los límites territoriales que establece naturalmente el relieve son análogos a los que a nosotros nos impone el Atlántico.
En un comentario anterior lamentabas que un gobierno independiente no se basara en formas nativas. No tendría por qué, pero por lo que sabemos de la sociedad canaria prehispánica, ésta se estructuraba en innumerables asambleas o tagoror-es siguiendo un modelo muy parecido al del sistema cantonal. El panorama desolador que describes es más bien lo que ya está pasando, intentando atenernos a leyes centralistas enajenadas de cualquier conocimiento de causa, tradición o sentido común. No me parece justa una Ley del Suelo o de Espacios Naturales Protegidos redactada en Madrid y monitorizada desde el Gobierno de Canarias que caiga con todo el peso de la ley a una familia de Anaga por construir una casita como siempre ha hecho su familia en la zona, y que encima se le impongan sanciones dimensionadas según la vida de las ciudades.
Quizás sea una opinión muy particular, pero me parece un rasgo intrínseco al insular la solidaridad para con toda su isla, incluso cuando uno es de esos que no ha ido más allá de la capital o el "sur". Ahora me parecería baladí proponer formas de gobierno más sofisticadas, pero propugnar el desplazamiento de la Asamblea allá donde reside la cuestión me parece más eficiente que el constante peregrinar al centro de las reivindicaciones de la periferia. Somos un territorio muy pequeño y una población bastante escasa. Hasta la poca participación ciudadana y la indiferencia política más bien me parece cosa de esa Aculturación interesada que ha nutrido a los partidos políticos con los peores trepas y conspiradores sin carrera de cada generación.
No puede ser de otra manera, el Independentismo Canario probablemente siga conectando con un sentimiento popular pero, en cuanto esfera especulativa, sus piedras de toque son la gestión de los Recursos Naturales, el comercio exterior, la deuda soberana, el gasto público, la diversificación sectorial, la creación de riqueza y el régimen fiscal. Mientras el independentismo partidista lo representan grupúsculos inspirados en el movimiento obrero con proyectos como la reconstrucción del "guanche" —en los que incluso se dan patadas a la berberología y a la lingüística de las hablas timazighen—, un cajón desastre que oposita a subvenciones como ha sido el Centro de la Tortura Popular Canaria.
En cierta manera se está constituyendo un corpus de programas o tesis de distinta viabilidad que reúne ideas desde la implantación de regimenes fiscales especiales (paraíso natural y fiscal como el Modelo Islas Caimán), un Acta especial regulatoria del juego en el archipiélago (Modelo Marsella, Malta o incluso Reservas Nativoamericanas USA), explotación de yacimientos petrolíferos, fondos soberanos, etc. Ya que en ello se ponen en liza figuras de Independencia más sofisticadas que las del Estado Soberano, como el Libre Asociado o la Plena Autonomía Interna. Un ejemplo de esto último sería Jorge Dorta, y por parte de la gestión patrimonial mencionaría a Farrujia de la Rosa.
Pero el Giro que ha significado que la reflexión se centre en el Modelo Económico y de Gestión del Patrimonio Cultural y Natural del Archipiélago es muchísimo más amplio. Centrando el debate en los distintos programas de desarrollo (o supervivencia) de la Economía Canaria que no encontrarían viabilidad en el actual panorama de soberanía demediada y alienada, en el seno de un Estado Español cuya soberanía está asimismo demediada y alienada por Europa. El mismo caldo de cultivo que ha generado el Brexit británico o el Proceso Soberanista Catalán (cada uno con sus reactivos particulares), prácticamente ha inaugurado un nuevo debate soberanista en las islas, probablemente urgido por la premura que suscitó la controversia de los yacimientos petrolíferos en aguas marroquíes y el especial estrago ocasionado por la crisis de Deuda Española y la desmedida Corrupción de nuestra clase política.
Las formas de Estado Libre Asociado o de Plena Autonomía son interesantes si se impusiera la revisión del contrato político español. Y acerca de futuribles formas de autogobierno deberíamos otorgar al pensamiento independentista, como mínimo, algún beneficio de la duda, ya que su inspiración y vocación son naturalmente descentralizadoras.
En mi opinión, si hubiéramos de encontrar un modelo congruente con todo lo que hay sobre la mesa sería el suizo. En su sistema cantonal la misión de una Asamblea Federal procura evitar que los cantones más grandes se impongan a los menos influyentes. Y a título anecdótico hay que decir que la fisiología del cantón es, ab origine, tan etnológica, o geográfica y cultural como pueda serlo la insular, ya que los límites territoriales que establece naturalmente el relieve son análogos a los que a nosotros nos impone el Atlántico.
En un comentario anterior lamentabas que un gobierno independiente no se basara en formas nativas. No tendría por qué, pero por lo que sabemos de la sociedad canaria prehispánica, ésta se estructuraba en innumerables asambleas o tagoror-es siguiendo un modelo muy parecido al del sistema cantonal. El panorama desolador que describes es más bien lo que ya está pasando, intentando atenernos a leyes centralistas enajenadas de cualquier conocimiento de causa, tradición o sentido común. No me parece justa una Ley del Suelo o de Espacios Naturales Protegidos redactada en Madrid y monitorizada desde el Gobierno de Canarias que caiga con todo el peso de la ley a una familia de Anaga por construir una casita como siempre ha hecho su familia en la zona, y que encima se le impongan sanciones dimensionadas según la vida de las ciudades.
Quizás sea una opinión muy particular, pero me parece un rasgo intrínseco al insular la solidaridad para con toda su isla, incluso cuando uno es de esos que no ha ido más allá de la capital o el "sur". Ahora me parecería baladí proponer formas de gobierno más sofisticadas, pero propugnar el desplazamiento de la Asamblea allá donde reside la cuestión me parece más eficiente que el constante peregrinar al centro de las reivindicaciones de la periferia. Somos un territorio muy pequeño y una población bastante escasa. Hasta la poca participación ciudadana y la indiferencia política más bien me parece cosa de esa Aculturación interesada que ha nutrido a los partidos políticos con los peores trepas y conspiradores sin carrera de cada generación.