Los triunfos apaciguan los ánimos y las alarmas enmudecen. Los capos del vestuario ya no son tan malos como decían y Juanito Rodríguez gana un poco más de credibilidad con una plantilla que apunta a miras más altas que a luchar únicamente por lograr la permanencia. El golpe de efecto en Alicante lleva el sello de Vidales. Se presiona más arriba y se rasea la pelota evitando al máximo el pelotazo. Con los mismos mimbres se obtienen mejores réditos. Dos victorias consecutivas que sirven para vivir una semana tranquila y exenta de beber tragos amargos en el entorno amarillo.
El proyecto de Ramírez vuelve a coger aire. Esta semana no se pondrá su nombre sobre la mesa ni tampoco se le preguntará sobre ceses o dimisiones. Tampoco se planteará una pitada general en el estadio y mucho menos habrá pañolada contra los jugadores. Es lo que tienen las victorias.
En el horizonte más cercano aparece un Albacete también en alza que vendrá a poner freno a la mejor racha de resultados amarillos esta temporada. Finalizar el año con una nueva victoria ante el queso mecánico servirá para iniciar el 2009 con una percepción muy distinta a la que se tenía hace quince días. Hasta entonces tendremos tiempo suficiente de disfrutar de estos tres nuevos puntos y de filtrear con la prensa sin miedo a encontrarnos con titulares incendiarios que atenten contra la integridad y el honor de unos grupo de profesionales
Este artículo se modificó el 13/12/2010 20:29 20:29