Las Palmas continúa de capa caída, hacia el descenso sin frenos. Desdibujada sobre el terreno, con coherencia en el toque, pero con nula pegada. La Unión Deportiva no mete miedo. No pone bemoles. No es rival desde en este 2009. Y eso se nota en un equipo que parece haber perdido su hoja de ruta, ante los despropósitos cada vez más sonados de un capitán que ha obviado sus buenas maneras iniciales al mando de la nave amarilla. Cambios desacertados, jugadores abnegados en el banquillo que ofrecerían alternativas de éxito, y otros que sin aportar se les da oportunidad de figurar. Las cosas deben de cambiar.
El partido ante el Zaragoza, tras el empate cosechado ante el Elche (1-1) llegaba, aún tratándose de esta última circunstancia, en un momento delicado. Tras las dos derrotas en casa ante Levante y Real Sociedad –estaríamos hablando de otra cosa en el caso de haberse conseguido esos seis puntos-, la confianza se había perdido. Ante el naufragio, y la desmoralización que supone visitar en estas horas La Romareda, Vidales intentó algo. La inclusión de los hermanos Suárez en las bandas ofreció frescura e intención, la recuperación de Miguel García equilibró al equipo y se vio a un conjunto bien plantado en los inicios. El gol de Songo’o, tras un corner botado por Jorge López a los diez minutos de partido, arrojó todas las ideas por la borda. La UD jugaba sin parangón, moviendo el esférico, pero noqueada. Encima de un ring sin golpear. Un adversario muy asequible que se empeñó en desenamorar en la onomástica de Valentín. Una jugarreta en toda regla.
El problema de esta Unión Deportiva es que no hay democracia con los futbolistas. Juegan muchos que no deberían, y otros que aportan más desde el banquillo siguen relegados. Sólo así se explica que jugadores como Samuel, Darino o Marcos Márquez, con excelente galones dentro del vestuario, sigan de titulares a pesar de su insultante estado de forma; y que otros como Saúl, Francis o David González tengan que demostrar partido tras partido que el entrenador tiene mal ganadas sus desconfianzas. O bastante ganadas las de los otros. Es para hacérselo mirar.
La primera parte terminó como empezó. Sin signos de vida por parte de una Unión Deportiva inerte, sin sangre. La segunda más de lo mismo. Los cambios de los Suárez restaron velocidad al equipo, pero aumentó la dinamita con la entrada de Pitu y Saúl. El asturiano contaría con las oportunidades más claras de los amarillos en la segunda mitad.
Ewerthon sentenciaría el partido –a todas estas, el Zaragoza se limitó únicamente a aprovecharse de los errores amarillos- tras batir a Santamaría en un error protagonizado por Samuel. El dos a cero pondría el broche a un equipo que nunca dio muestras de poder hacer algo en La Romareda. Más allá de la imagen y de la poca pegada en el área contraria, esa fue la sensación más escalofriante de un equipo que se hunde en la clasificación peligrosamente. Si el Deportivo Alavés lograra vencer mañana domingo al Rayo Vallecano sería tan sólo un punto el que separaría a los amarillos del abismo. Dios no lo quiera y alumbre el camino a esta desvirtuada y desorientada Unión Deportiva Las Palmas.
FICHA TÉCNICA
Real Zaragoza: López Vallejo, Paredes (Caffa, min. 67), Zapater, Pavón, Chus, Generelo, Gabi (Ponzio, min. 81), Jorge López (Ander, min. 59), Songo’o, Arizmendi, Ewerthon. Entrenador: Marcelino.
UD Las Palmas: Santamaría, Juanpa, Samuel, López Ramos, Dani López, Miguel García, Jorge, Darino (Amaral, min. 73), Francis Suárez (Saúl, min. 49), Sergio Suárez (Pitu, min. 60), Márquez. Entrenador: Javier Vidales.
Goles: 1-0, min. 10: Songo’o; 2-0, min. 65: Ewerthon.
Árbitro: Ceballos Silva (colegio extremeño). Tarjeta amarilla: Chus (min. 14), Paredes (min. 28), Juanpa (min. 49), López Ramos (min. 77), Miguel García (min. 85).
Incidencias: Casi veinte mil espectadores acudieron a La Romareda.
Este artículo se modificó el 09/11/2010 20:29 20:29