Que el Tenerife tiene dinámica de ascenso es innegable y que la Unión Deportiva tiene dinámica de mediocres también. Quizá éste ha sido el argumento que ha desequilibrado el clásico canario a favor del Club Deportivo Tenerife en un partido donde la Unión Deportiva hizo más méritos que su rival para llevárselo. Finalmente, un gol de Richi tras un error defensivo y un golazo de Nino en jugada personal sirvieron al Tenerife para volver al liderato de la Liga Adelante.
El partido comenzó con sorpresa táctica made in Vidales. Se volvió al 4-2-3-1 en detrimento del 4-4-2 que tan buenos resultados dio durante los últimos tres partidos al conjunto amarillo. El técnico asturiano decidió cambiar el sistema cuando funcionaba y no le salió efectivo su planteamiento en el Heliodoro. Las Palmas puso el juego y las ocasiones, y el Tenerife los goles y la victoria. Cualquier planteamiento que no tolere esto último es un fracaso.
La primera mitad fue totalmente amarilla. Jorge Larena y Nauzet Alemán cogieron el mando del equipo y el Tenerife, sorprendido por la viveza de la Unión Deportiva, fue noqueado en todo momento. Los balones llegaban a la delantera y Pitu decidió recobrar protagonismo. Sus ocasiones, todas en disparos desde fuera del área llevaron los nervios a las gradas del estadio santacrucero durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Hasta en tres ocasiones claras probó el gerundense –minuto 17, en un disparo que se fue rozando el palo; en el 35 con una falta que casi se traga Luis García; y en el 44, con una gran intervención de este último- pero tuvo el mismo infortunio que sus compañeros a lo largo de todo el encuentro.
Las Palmas no asestó la puñalada al eterno rival, y éste se creció en la segunda mitad, a pesar que los de Vidales salieron con las mismas intenciones e ideas: tener el balón, y enarbolar jugadas a través de Jorge Larena. El grancanario cuajó un gran encuentro en el Heliodoro y confirma todos los halagos de las últimas jornadas. Cuando Jorge está bien, se nota. El problema es que el fino centrocampista no puede dar los pases y meter los goles a la misma vez. Marcos Márquez, quien debe hacerlo, tuvo un partido desastroso en todos los aspectos. Si el grancanario toma un nuevo papel en el equipo, el andaluz está pidiendo a gritos banquillo. Vidales, sin embargo, continúa manteniéndolo fijo en sus esquemas. En el minuto 4 de la segunda mitad, falló incomprensiblemente después fabricar él solito la jugada. El andaluz no está acertado, y eso también lo nota la Unión Deportiva.
Nauzet pudo hacer el primero en un centrochut que no encontró pierna ni rematador. A partir de esta jugada, el Tenerife apareció. Kome cambió su posición al medio, y comenzó a meter miedo a la zaga grancanaria. En el minuto 10, un centro desde la izquierda aprovechando la debilidad de Dani López –recula en todas las jugadas- terminó en las botas de Richi, quien llegando desde atrás hacía el primero de un Tenerife que hasta el momento no había aparecido en el partido y había sido arrollado por el juego grancanario. Lo que a la Unión Deportiva, fallona como una escopeta de feria, le faltó aunque buscó con ahínco; al Tenerife ni le hizo falta invocarlo. El gol fue un mazazo, un jarro de agua fría que liquidó a los pupilos de Vidales, comidos moralmente por los de Oltra.
Nino terminó por finiquitar la esperanza amarilla –las ocasiones se seguían sucediendo para los grancanarios, aunque sin fe a la hora de tirar a portería- en el empate. Kome comienza una jugada desde su campo, y cede el balón al delantero quien, en velocidad, recorta a David García y bate a Santamaría con un disparo seco y cruzado inapelable. El guardameta navarro nada pudo hacer ante la genialidad de Nino.
Hasta el final, una pesadilla. El Tenerife sin hacer nada se llevaría el partido entre olés de la grada, exaltada tras la sentencia de Nino pero acallada durante todo el partido por el miedo que comprendía el asedio amarillo. Finalmente, el miedo no superó a un Tenerife que lleva marchamo de Primera División, aunque sí a los amarillos, quien teniendo el partido en sus manos no supieron aprovechar y dar una satisfacción a su afición –reconocimiento a los mil valientes que dieron lo mejor de sí en las gradas del Heliodoro- en una temporada tan lamentable como deshonrosa. Llegarán tiempos mejores, supongo.
Este artículo se modificó el 25/04/2009 21:51 21:51