La actuación de los amarillos ante el Córdoba, uno por uno

Pindado: 7.

Sólo el presunto error (luego solventado con mucha picardía) de parar un balón dentro de la portería le priva de una sobresaliente actuación.

Darino: 6.

Lo reclamábamos en ese puesto y no nos equivocamos. Gran actuación, aunque tiene que corregir el irse demasiado al centro. Una pena la lesión.

David García: 7.

Ayer volvió a ser el David García al que nos tenía acostumbrado. El equipo necesita su liderazgo.

Pignol: 7.

Acertado y combativo a partes iguales, aunque su error de marca puntual a Pepe Díaz pudo costarnos caro.

Beranger: 7.
Después de mucho tiempo, Las Palmas vuelve a tener lateral izquierdo. Lástima que sea cedido.

Josico: 7.

Poco a poco volvemos a reconocer algo del gran Josico que nos fascinó. Su jerarquía y saber estar, aunque vaya a menor ritmo, es impagable.

David González: 7.

Bien en la primera parte, en la segunda tal vez debió pausar algo mas el juego. Tuvo una gran oportunidad de gol que nació de sus botas en una excelente jugada.

Álvaro Cejudo: 8.

Volvió a ser el jugador que nos deslumbró en el arranque del curso, con muchas ganas ante el equipo de su tierra, trenzó preciosas jugadas. No pudieron pararlo. Si regulariza actuaciones como esta será un jugador muy importante para el club.

Jorge: 6.

Posiblemente el más flojo de los amarillos ayer, escuchó algunos pitos al abandonar el césped. Seguimos sin reconocerlo.

Javi Guerrero: 7.

Decíamos que es de esos jugadores que meten hasta sin querer y volvió a ratificarlo. El jugador amarillos con más goles a razón de minutos jugados debe ser titular siempre.

Rondón: 7.

Lucha y se vacía como el que más, no para, pero eso es precisamente más un defecto que una virtud. Debe jugar más relajado y sin tanta ansiedad.

Juanpa: 6.

Suplió de forma correcta a Siro Darino tras la lesión de éste.

Saúl Berjón: 6.

Usar su velocidad y desborde por la izquierda puede ser un buen revulsivo para los minutos finales, pero sigue desacertado en el quiebro.

Miguel García: 6.

Su inactividad no se notó y cumplió en los minutos finales con su papel destructivo.