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Pies en el suelo

Ana de León

Humildad. Esa es la palabra que Paco Jémez ha metido en la cabeza de todos sus jugadores. Si bien, en un principio el foco de ésta eran los canteranos, debido a su inexperiencia en la categoría de plata y para quitar más de un pájaro de las cabezas, parece que ese espíritu se ha trasladado a toda la plantilla, que a pesar de llevar a cabo uno de los mejores inicios ligueros en décadas, siguen asegurando que esto sólo es el principio y todavía se puede dar más.

Y es que de eso se trata. El equipo ha dado los primeros 3 pasos de 42 que hay que recorrer. Los puntos que ya se han conseguido descansan en el casillero y el primer objetivo sigue siendo sin duda, asegurar lo antes posible los 50 puntos. Sin embargo, la UD ha dado la sorpresa. Lamentablemente, los miles de aficionados que acudían la temporada pasada, por no irnos más lejos, al Gran Canaria, tenían que soportar como su equipo sufría para lograr una victoria en nuestro feudo, y no ofrecer un juego que enganchara al aficionado, quien en la mayoría de encuentros acababa silbando para que el colegiado pitase el final, por lo que pudiera pasar.

Este sábado en el recinto de Siete Palmas la cosa fue diferente. Los números hablan por sí solos: 13.023 asistentes al estadio, 3.000 más que en la primera jornada de liga. Ya superamos los 9.000 abonados, y seguramente sean muchos más los que ahora se decidan a rascarse un poco el bolsillo en estos tiempos que corren e ir a sacarse su abono, porque este fútbol si merece la pena. La ola volvió a correr por cada asiento y otra vez la hinchada cantó al unísono y ovacionó, más que pitó, a cada uno de los nuestros. Si esto continúa así no me extrañaría que las tristes gradas grises vayan convirtiéndose en una marea amarilla y azul que nos recuerde a tantas tardes épicas en el querido Insular.

Analizando a este rejuvenecido equipo nos saltan muchas cosas a la palestra: una vitalidad, energía y ganas de comerse al rival en cuanto pisan el césped como pocas recuerdo. Los platanitos que llegaron como apuesta modesta y, tal vez, arriesgada de Miguel Ángel Ramírez no sólo están dando la talla sino que parecen haber contagiado con su espíritu a los ya veteranos. También resaltar los números de esta nueva UD, que en 3 jornadas sólo ha recibido 3 goles pero que sin embargo ha marcado 7. En el partido de Huesca crearon infinidad de ocasiones de gol pero no hubo suerte de cara al remate, y aunque de eso viva el fútbol, nuestra portería se quedó a cero y con un punto en el bolsillo se volvió a Gran Canaria. Pero, si hay algo que destacar dentro de esta nueva UD es el fútbol canario, ese estilo que marcaron los diablillos amarillos a finales de los 60 y principios de los 70 y que los de mi edad no hemos podido disfrutar, pero que ahora vuelve a resurgir de las botas de Vitolo o Jonathan Viera. Hasta diez canarios pasaron por el terreno de juego contra el Alcorcón. Jugadores que han crecido teniendo como referencia a la UD, y que más de uno habrá soñado cuando era un chiquillo en verse algún día vestido de amarillo. Y es que ese sentir por los colores será probablemente el que los empuje a mover la pelota ansiosos por la victoria.

Es obvio que el aficionado canarión está alegre y que tiene motivos sin duda para estarlo. Pero la liga no es como empieza sino como acaba. Sin adelantarnos a los acontecimientos, tomémonos el tiempo necesario para disfrutar de nuestro gozo. Sigamos con los pies en el suelo pero es hora de quitarse la careta de sufridores. Y si todavía a alguno le quedan dudas, pellízquese porque esa que ve si es nuestra UD.

Ana de León, periodista

Este artículo se modificó el 13/09/2010 23:45 23:45