El Xerez ganó la partida de ajedrez en el Estadio de Gran Canaria. El conjunto del experimentado entrenador Esteban Vigo logró desactivar a una Unión Deportiva Las Palmas con potencial y pedigrí en sus líneas más avanzadas. Una empresa meritoria. La razón de encontrar la versión más descafeinada de jugadores como Thievy, Nauzet Alemán o Momo responde al trabajo solidario de los pupilos del ‘Boquerón’ Esteban y al cumplimiento a rajatabla de sus lecciones tácticas.
Lo hizo planteándole una trampa mortal en el centro de máquinas. Las líneas de pase, habitualmente encontradas con relativa facilidad por los pupilos de Sergio Lobera, eran borradas sistemáticamente por el trabajo silencioso de Keita y Rueda. Dos auténticos barrenderos delante de una línea defensiva compenetrada y extremadamente sólida. Cubiertos los espacios de escapada de Thievy, los jerezanos supieron sobreponerse a las intentonas amarillas con solvencia. Solo Vitolo logró romper la línea de presión organizada por Vigo: en una ocasión por la banda derecha que Thievy no supo aprovechar, y en una conducción que decidió acaparar cuando desde las cabinas se cantaba la sentencia al filo de fenecer la primera mitad.
Tras el tiempo de descanso, volvió la organización unificada del bando jerezano. Momo y Vitolo, jugando ambos a pierna cambiada, buscaban insistentemente la combinación por el centro. Un error de incalculables dimensiones. El embudo era tan estrecho que la Unión Deportiva naufragó por completo: no encontró un atisbo de luz entre tanta oscuridad, reduciéndose sus opciones a meras anécdotas. Pignol y Dani Castellano minimizaron sus apariciones en ataque redondeando el fallo.
Cuando las tablas parecían pactadas, el Xerez sorprendió en una avanzadilla inesperada. Agazapados, lanzaron rápidos contragolpes ante la indefinición de los amarillos, desganados e incapaces ante el infranqueable entramado defensivo andaluz. Mariano Barbosa tuvo su aparición estelar sacando una mano brillante a una acción de Bruno Herrero que pudo suponer un golpe mayor. Lejos de batallas en los tableros, la dinámica amarilla se mantiene en positivo y el objetivo no se desplaza, pero queda la duda evidente de qué hacer cuando el orden vence al talento.
Este artículo se modificó el 17/11/2012 22:52 22:52