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Tres puntos, y partido a partido, por Francisco MAYOR

La evolución que la Unión Deportiva Las Palmas ha llevado en esta temporada es esperanzadora. Llega el ecuador de la liga en un momento espléndido para los intereses amarillos, a pesar de la última derrota. Hace ya tiempo que la afición necesitaba estímulos como los que ofrece este año el equipo de Sergio Lobera. El próximo fin de semana llega el Elche, equipo de gran recuerdo pero que presenta ahora mismo los mejores resultados que uno recuerde en esta categoría. Nunca un equipo ha sido tan fuerte respecto al resto, al menos en las últimas décadas. Apenas recibe goles y, además, en la punta de ataque tiene los mejores jugadores de la categoría.

Sin embargo, la UD lleva una buena racha de resultados en el Estadio de Gran Canaria. Ha presentado más dudas en este mes de enero, pasando más apuros para sacar adelante los resultados, pero es en la Isla donde el equipo ofrece su mejor versión y no cabe duda de que la visita del líder será la mejor piedra de toque para saber a qué podemos aspirar realmente en esta temporada. Pero, pase lo que pase, son tres puntos. Tal como dijo hace días el entrenador, tanto si se gana o se pierde, lo mejor es que el resultado sirva para seguir estimulando a la afición, la cual sigue sin acudir en masa, en uno de los parámetros más evidentes de la situación económica que atraviesa nuestro país. Pero el equipo ha de resetear, tanto si se gana o se pierde, porque estos tres puntos, tanto si se consiguen como si no, tienen tanta trascendencia como si jugáramos contra el colista.

Y es que ha sido así como el equipo ha logrado reengancharse a lo alto de la tabla clasificatoria después del flojo comienzo (la pretemporada del equipo llegó hasta la jornada diez). El equipo ha ido cincelando un estilo de juego en el que se ha ido cogiendo confianza con los buenos resultados. Una mejora en el balance defensivo, en entramado colectivo que ofrece un juego bonito, una eficacia contra equipos que no son superiores a los amarillos (cuántas veces nos ha pasado lo contrario). Y un defecto al que se está intentando poner remedio: la baja eficacia goleadora en virtud de las ocasiones que se generan. Ese instinto asesino que hasta ahora ha sido nuestro mayor defecto y que, probablemente, sea la que marque nuestro objetivo real. La llegada del peruano Pando, por sus características goleadoras y su perfil físico, puede ser el contrapunto ideal que defina lo que hasta ahora es nuestra mayor necesidad: la definición goleadora.

Lo mejor sin duda es la ilusión que está generando en el entorno. Hace años que necesitábamos este estímulo. La afición encuentra los signos tradicionales de identidad de esta entidad: cantera y buen juego. Y es que el equipo comienza a generar los mejores resultados de la década justo cuando presenta un mayor número de canarios. Y créanme, no es casualidad.

por Francisco Mayor
 @fmayors
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