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Un paso más con Lobera, por Miguel HERNÁNDEZ

«Con Lobera habrá un antes y un después en el Club», me admitía la pasada semana un dirigente de Pío XII. Desde su llegada a Gran Canaria el técnico aragonés dio sensación de traer aires revitalizadores a la entidad. Un inicio titubeante amenazó con poner fin a un proyecto traducido en palabras, más que en hechos, por entonces. La propia confianza del técnico le impidió claudicar. Ahora asoma en el panorama nacional como uno de los entrenadores de moda del fútbol español y se ha convertido en una persona venerada por los feligreses de la religión amarilla.

La figura de Lobera debe ser entendida como un actor con el que crecer. Mutuamente, como una vinculación matrimonial en gananciales, ésa que mantenían la ministra Ana Mato y Sepúlveda. Pero creíble. Aplazada su renovación hasta el 30 de junio —todo parece indicar que ampliará su contrato, con el cual se ha ganado una mejora, por otra parte—, es hora de plantearse un nuevo escenario. ¿Debe tener más autonomía Sergio Lobera en la confección de su plantilla?

En Inglaterra se estila desde hace décadas la figura del mánager, un entrenador con responsabilidades administrativas de gestión deportiva. La figura es impensable en España: la cultura es distinta y cuatro derrotas te condenan a la transitada cola del paro por muchos cimientos que hayas levantado. Sin embargo, sí se puede entrar a valorar la opción de dar más autonomía de decisión a Lobera. Tiene experiencia como secretario técnico en el Terrassa, y ha recomendado las incorporaciones de Murillo y Thievy, entre otros. Posee una base de datos potente de jugadores, además de un dominio inherente de las categorías de base. Da con el perfil, no solo en los banquillos.

Hablo de aumentar su jerarquía dentro del Club. De dar más libertad de movimientos, incluso más confianza a la hora de emprender iniciativas. Entiendo que Lobera nunca podrá ser un activo de la Unión Deportiva Las Palmas, pero eso no significa que al menos lo parezca. Ya es hora de dar un paso más y de enterrar recelos. Lobera es una realidad que ha crecido con la entidad, y viceversa. Una sociedad claramente ganadora que necesita seguir aumentando sus lazos.

por Miguel Hernández
 @mhernandez
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Este artículo se modificó el 28/02/2013 10:39 10:39