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El año de Macky, por Miguel HERNÁNDEZ

Voy a romper una lanza a favor de Chrisantus, aunque en ocasiones él me las haya clavado en el corazón, por decir algo en forma figurada. Reconozco que durante la pasada temporada sus continuos errores resultaron realmente desesperantes. Es complicado defender a un delantero fallón. Porque Chrisantus demostró en los primeros tres cuartos del campeonato que lo era. Fallaba goles cantados. A pares. Si hubiera terminado la temporada con 25 tantos nadie se echaría las manos a la cabeza.

Hay un argumento que rumio desde hace días basada en una pregunta: «¿Explotará esta temporada Chrisantus?» Y, a pesar de tener todo en contra durante muchos meses la pasada temporada, saco más conclusiones para decantarme por el sí que por el no. La primera de ellas es su progresión: terminó la pasada campaña siendo un hombre importante en materia goleadora. Fue el segundo máximo realizador del equipo con once goles, tras Vitolo, que consiguió quince. Además, fue el delantero con mejor promedio: marcaba cada 181 minutos. Un gol cada dos partidos completos, aproximadamente. Con más participación y confianza mejorará. Es joven y tiene hambre de éxitos.

Es un jugador difícil de describir: tiene una especie de imán en el área. Genera ocasiones de la nada, aunque a la hora de definir se ponga nervioso. Peca de individualista cuando tiene que habilitar al compañero y de solidario en el momento de guisárselo en solitario. Un hombre bipolar en su juego, diría. Capaz de marcar un golazo por la escuadra ante el Córdoba o de fallar un ocasión clamorosa ante el Hércules en el Gran Canaria. A la hora de decidir simplemente se lía. Es patoso pero le veo margen de mejora. Hay que quererlo, no entenderlo. Yo me mojo: este será el año de Macky.
[box size=»large»]por Miguel Hernández | Director de udlaspalmas.net
@mhernandez
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Este artículo se modificó el 21/08/2013 21:23 21:23