X

Aquel 21 de agosto de 1999, por Gerardo MAYOR

OPINIÓN | Pese a las bajas, Las Palmas debe ser favorita para hacerse con el derbi canario. Tiene que serlo porque un equipo que tiene como objetivo el ascenso debería ser capaz de ganar en cualquier estadio independientemente de los jugadores que falten o del rival que se tenga enfrente. Luego, el desarrollo del partido decidirá quién merece más pero, a priori, los amarillos deben ser favoritos.

Las estadísticas no invitan al optimismo. Sin Apoño el equipo de Lobera todavía no sabe ganar y, para colmo de males, tampoco estará Masoud, otro de los mejores jugadores de la categoría, además de tampoco poder contar con los dos centrales que mejor rendimiento han dado esta temporada. Sin embargo, pese a estas bajas a la que hay que sumar la de Tana, Las Palmas posee una plantilla de mucho oficio y veteranía, capaz de solventar este problema y poder competir con garantías en Tenerife.

Barbosa, Ángel López, Xabi Castillo, Valerón o Aranda, aunque parta desde el banquillo, así como Nauzet, Galán o Aythami, todos con experiencia en Primera División, serían la mayoría de ellos estrellas en casi todos los equipos de la división de plata, por lo que hay mimbres suficientes para ir con confianza a por la victoria al Heliodoro Rodríguez López.

De los derbis tengo recuerdos especiales tanto positivos como negativos. El peor recuerdo, aquel gol de Marioni en el último partido de Primera que hasta la fecha ha disfrutado la isla, el último en la máxima categoría de la UD como local. Un equipo prácticamente descendido, que vino aquí y agarró al equipo de Fernando Vázquez de la mano para llevárselo con él a Segunda. Y desde entonces sólo la temporada pasada parecimos levantar un poco la cabeza, acercándonos volver a la élite. Todavía escuece ese gol de Marioni.

Como recuerdos positivos guardo en la retina especialmente dos momentos. Primero el más reciente, el gol de Marcos Márquez en el 95 en el Estadio de Gran Canaria para evitar que la victoria fuera para Tenerife, tras el gol a última hora de Sicilia y de estar muchísimos minutos con uno menos. Ese tanto del matador tras centro de Christian puede que sea el gol que más fuerte he cantado en mi vida. Perder contra el Tenerife duelen, pero en Gran Canaria más todavía, por lo que evitar aquella derrota y de esa forma me resulta inolvidable.

El otro recuerdo imborrable es la temporada del ascenso a Primera, donde ganamos los dos encuentros. Era todavía un niño, pero no se me olvida aquel 21 de agosto de 1999, primera jornada de Liga, que coincidía con el estreno de la TV Canaria y que lo hacía ofreciendo un derbi donde se superó bien al Tenerife por 2-0. Ese 21 de agosto comenzaba la temporada del ascenso. Tampoco olvido el partido de vuelta, en el Heliodoro. Cuando el cuadro chicharrero más felices se las prometía, Tevenet empataba de penalti a falta de 10 minutos y Sequeiros dio la vuelta al partido casi al final, con extraño remate desde el suelo que supo como si hubiese sido una chilena espectacular. Daba igual, era una victoria en el Heliodoro. Imposible olvidar aquella temporada en la que no sólo ganamos los dos derbis, sino que además volvimos a Primera División. ¿Por qué no repetir?

[box size=»large»]por Gerardo Mayor
 @GerardoMayor
Más artículos de Gerardo Mayor
[/box]

Este artículo se modificó el 03/12/2013 02:18 02:18