OPINIÓN | Recuerdo perfectamente la última vez que me asomé a escribir a esta web. Fue hace 6 meses. Faltaban dos jornadas para acabar la temporada regular, el equipo estaba en puestos de promoción de ascenso pero en ese momento sólo percibía dudas y sentimientos negativos. Pensé que no estaban aprovechando el momento, que se estaba escapando una oportunidad de disfrutar con la situación del equipo. Al final Las Palmas jugó la promoción y estuvo muy cerca de conseguir el sueño del ascenso. Se quedó a un gol de jugar la final.
Hoy, seis meses después, la situación ha cambiado relativamente. La temporada ha empezado mejor que la anterior, el equipo está arriba y lo cierto es que la plantilla invita a soñar. No están Thievy, Vitolo ni Murillo, pero han llegado otros que, en mi opinión, han mejorado lo que había. Valerón, Masoud, Apoño, Aranda, Ángel… Dudo que haya en la categoría esa mezcla de calidad y experiencia. Pero pese a esos ingredientes, detecto en el ambiente alguna duda, que se hace mayor cuando el equipo comete algún fallo como pasó en el último partido contra el Zaragoza. Motivos para la queja puntual hay, por supuesto. Lo que no alcanzo a entender es la duda en este equipo, en este proyecto, en este entrenador. La plantilla es la mejor de la Liga, y el juego desplegado, salvo en algún caso (Barcelona B y las primeras jornadas) es bueno. Brillante en algunos momentos, como el día de Gijón.
Pensando qué es lo que puede acabar por enganchar a la gente con el equipo, caigo en la solución: el partido de Tenerife. El derbi. El partido de los partidos para muchos los aficionados. Ese momento de la temporada en el que poder vacilar al de enfrente, o en el que mejor no asomar la cabeza si la tarde ha sido mala. Un derbi que se vive con pasión. Muy diferente al de otras ciudades. En el último derbi madrileño había dos jugadores madrileños sobre el césped. En el último Sevilla – Betis, dos sevillanos. El del Heliodoro juntará en torno a 14 futbolistas canarios, que desde pequeños sacaban pecho o escondían la cabeza según se había dado el partido. Saben lo que hay y por eso la pasión de la grada seguro que se extiende al césped. Por eso creo que si la UD Las Palmas gana puede ser el momento en el que la gente acabe de volcarse. Si gana, todo será bonito: el equipo, un equipazo; Lobera, un estratega que mide a la perfección sus palabras en la previa; hasta Apoño será visto como un tipo con carácter pero buena gente. La otra opción… mejor no pensar. El fútbol está para vivirlo, para divertirse; y el derbi, para hacerlo apasionadamente. Y ahora lo que toca es disfrutar.
por Guillermo Moreno (@gmoreno_laSexta)
Este artículo se modificó el 04/12/2013 12:45 12:45