Tropiezo imperdonable. Hasta diez ocasiones claras. Un penalti. No hubo manera. Las Palmas perdonó absolutamente todo, y el Barcelona B aceptó gustoso el regalo: los tres puntos dejan muy difícil el ascenso directo al conjunto de Sergio Lobera. Munir con una asistencia y un tanto sentenció el encuentro.
Lo quiso hacer bonito la Unión Deportiva y dejó su pragmatismo en el vestuario. Y la efectividad. Era un momento importante para seguir sumando por el ascenso directo pero el tropiezo de este sábado ante el Barcelona B podría ser muy doloroso de cara a ese objetivo. Los amarillos completan su segunda derrota consecutiva y la tendencia no es la idónea para un candidato.
El encuentro fue una oda al fútbol. Todos los pronósticos de una cita atractiva se cumplieron. Con un equipo con ADN Barça, que posee un estilo de juego innegociable, la apuesta era prácticamente segura. No defraudó en absoluto el espectáculo en el recinto de Siete Palmas entre dos de los conjuntos con mejor propuesta de la categoría.
Las Palmas puso las ocasiones, el peligro, la verticalidad, y el Barcelona la velocidad, el desparpajo y el fútbol de combinación. Hubo fases para ambos conjuntos, aunque fueron los de Lobera los que ganaron a los golpes. Pero en este deporte, lo que sirve para noquear son los goles. Y como ha ocurrido en otras ocasiones a la Unión Deportiva —hasta en trece jornadas no ha podido hacer gol de 36 disputadas—, le falta pólvora. Lobera no se dio cuenta y la afición, a la que tanto cuesta ilusionar, terminó frustrada, alucinada por la falta de puntería en los últimos metros. Nada nuevo bajo el sol.
Tuvo Masoud dos ocasiones claras en la primera mitad. El iraní se lució en exceso. Quiso hacer el gol bonito, salir en los highlights. Esas oportunidades para ‘matar’ el encuentro serían recordadas en la segunda mitad. El Barça B espabiló tras los primeros minutos y respondió con una oportunidad del grancanario Sandro Ramírez y varias internadas de un espectacular Adama Traoré. Momo también tuvo varias para inaugurar el marcador.
Los de Eusebio se hicieron el balón, pero a las espaldas de sus centrocampistas había un latifundio. Las Palmas lo sabía, se metió un poco atrás y esperó el error. Había espacios para ser peligrosos. Y lo fue la Unión Deportiva encontrando a Aranda, Masoud y Valerón por dentro. Cada recuperación era una picor molesto en la defensa blaugrana, que sacó con apuros el trabajo.
Apoño, en el minuto 40, con una chilena, volvió a poner en aprietos a un Masip que se convirtió en el mejor de los blaugranas. El descanso llegó con la sensación de poca justicia para los grancanarios, pero de un enorme espectáculo. Quizá ahí se empezó a gestar el fin: era una cita tan romántica que se les olvidó lo importante. Meter la pelotita.
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Penalti errado, ocasiones y frustración
Comenzó la segunda mitad prácticamente con el guión soñado para el equipo de Lobera. Aranda recibió un balón donde le gusta, cerca del vértice, encaró al contrario y propició que Bagnack tuviera que derribarlo en el área. Momo tomó nuevamente la responsabilidad. En esta ocasión lanzó el balón a las nubes. Solo fallan los que tiran.
Las Palmas, cariacontecida por la pena máxima errada, pareció zozobrar en unos minutos. Volvió a despertar con otra jugada de Aranda, parecida a la anterior, que terminó con balón sobre Valerón al borde del área. El de Arguineguín también la mandó alta ante la figura de Masip. El público comenzó a impacientarse, a requerir cambios a Sergio Lobera con un runrún cada vez más palpable. Hacía falta más mordiente para materializar. Era una película ya vista esta temporada en numerosas ocasiones.
Cuando parecía que el técnico aragonés iba a dar entrada a Héctor, llegó el jarro de agua fría. Munir rompió la línea defensiva, vio la entrada de Espinosa, le cedió el balón y batió a Barbosa. Anteriormente Adama había tenido una ocasión clarísima, quizá la más meridiana del encuentro, pero se recreó en demasía. Los pitos se hicieron fuertes en Siete Palmas. Lobera daba entrada a Héctor y Benja para tratar de ofrecer un juego menos combinativo pero más directo.
Varios remates, numerosas jugadas… no era la noche de la efectividad. No era la noche de cantar gol. Munir sentenciaba el encuentro en una contra y daba, injustamente, los tres puntos a un filial culé que suma nueve semanas sin conocer la derrota. Una senda que tampoco se rompió en el Gran Canaria. La Unión Deportiva, más autodestructiva que nunca, acabó cabizbaja, lamentándose de las numerosas oportunidades desperdiciadas y sabiendo que el ascenso directo está hoy un poco más lejos… por sus propios errores. Quedan seis finales, pero algo hay que cambiar para conseguir competirlas con espíritu de ganadores.
Tras la derrota, como es habitual, el vestuario de la Unión Deportiva Las Palmas recibió la visita del presidente, Miguel Ángel Ramírez, como de sus ayudantes y distintos miembros de la Dirección Deportiva. Ante la tardanza en la salida de los jugadores a la zona mixta se explicó desde el club la ausencia de agua caliente en el vestuario local. Los jugadores amarillos abandonaron las instalaciones del Estadio de Gran Canaria a las 00:15 horas, prácticamente una hora y cuarto después de la conclusión del encuentro. Posteriormente se explicó que el presidente había dado ánimos a la plantilla.
Javi Castellano, baja ante el Zaragoza
Javi Castellano vio su quinta cartulina amarilla de la temporada y se perderá el encuentro del próximo domingo ante el Real Zaragoza en La Romareda.
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Unión Deportiva Las Palmas 0-2 Fútbol Club Barcelona B
Unión Deportiva Las Palmas: Mariano Barbosa; Ángel López, Aythami Artiles, Deivid, Xabi Castillo; Javi Castellano, Apoño, Momo, Valerón (Benja, min. 78), Masoud (Héctor Figueroa, min. 78); y Aranda. Entrenador: Sergio Lobera.
Fútbol Club Barcelona B: Masip; Sergi Gómez, Ilie, Dongou (Munir, min. 70), Espinosa, Grimaldo, Edgar Lé, Bagnack, Denis Suárez, Adama Traoré, Sandro Ramírez (Samper, min. 45). Entrenador: Eusebio Sacristán.
Goles: 0-1, Espinosa, min. 73; 0-2, Munir, min. 90.
Árbitro: Vicandi Garrido, comité vasco. Amonestó a Deivid y a Javi Castellano.
Incidencias: 11.676 espectadores se dieron cita en el Estadio de Gran Canaria.
Este artículo se modificó el 29/04/2014 10:01 10:01