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En el adiós de Sergio Lobera, por Néstor CEBRIÁN

OPINIÓN | Si hace una semana cuando Las Palmas llegó a estar virtualmente empatada a puntos con el Eibar y a tres del Dépor, un brujo nos dice que 180 minutos después tanto uno como prácticamente el otro, estarían en Primera, la UD a un punto de estar fuera de la promoción y el entrenador sería Josico, hubiéramos tachado al adivinador de sonado. Y es que hace poco más de una semana Las Palmas era claro aspirante al ascenso directo y ahora se juega entrar al playoff con menos margen de movimiento que el Queen Mary aparcando en Guanarteme.

Aún con eso, el despido parece alocado, más que por la decisión en sí, por el momento, a dos jornadas de concluir la liga. Sin entrar en la adecuación del cese en sí mismo, unos pueden pensar que es tardío y otros, que es precipitado. Porque estas decisiones a estas alturas de la temporada pueden ser las dos cosas y ninguna. O te coronas, o caes. De Sergio Lobera pocos tendrán dudas de que sale bastante más reforzado que cuando llegó. Vino de Ceuta y se va como aspirante a un banquillo importante de Segunda. Además, a falta de dos jornadas y con el equipo tercero, desde fuera parece que sea el aragonés una víctima de la voracidad balompédica, así que esta destitución no debería producir una merma en su cartel de joven promesa de los banquillos. Con peores sensaciones se fue Jémez y ahí está salvando sin muchos aprietos al Rayo.

Recuerdo las sensaciones que tuve tras el fichaje de Sergio Lobera y he de reconocer que son parecidas a las de sus destitución. Pero lo que rondaba mi cabeza eran dos preguntas distintas, primero tras su contratación “¿quién?” y tras su despido “¿ahora?”. Con el ya exentrenador da la sensación de que el beneplácito de la grada quedó tocado hace más de un año ante el Guadalajara y en lo sucesivo, se fracturó internamente en Barcelona, se rompió en Tenerife y siguiendo una tradición desde el año 97, el entrenador que pierde el primer derbi de la temporada no acaba la temporada, a excepción de Amaral en la 2002-2003, que acababa de sustituir a Lienen. Víctor Fernández, Sandreani, Pepe Mel y Juan Manuel completan la lista Guttman.

Ahora tendremos a Josico. Creo que tiene potencial como entrenador, en base a las sensaciones que transmitía como jugador, lo pensaba en su regreso y lo sigo pensando hoy, es probable que eso no signifique nada, pero que cada uno se agarre a lo que tenga a mano. Otra cosa es el momento en el que coge el equipo. La esperanza es que Las Palmas depende de sí misma para entrar a la promoción, para hacerlo como tercera y para subir a Primera. Aunque la vida se juega en Mallorca, no existe nada más allá. Ahora, toda la responsabilidad recae en los jugadores, de ellos depende, y por ellos apuestan la comisión deportiva y la junta directiva.

Una noche lluviosa rescató a Lobera la temporada pasada y una fina lluvia se lo llevó por delante en 20 minutos. Esperemos que lo próximo que caiga del cielo sea un ascenso.

[box size=»large»]por Néstor Cebrián
@NestorCebrian
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Este artículo se modificó el 27/05/2014 22:53 22:53