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La semilla de Jémez, por Jesús Izquierdo

OPINIÓN | El ascenso es obra de Paco Herrera. Eso no se lo quitará nadie al catalán. Pero lo cierto es que esta situación que vive el equipo y la isla comenzó a gestarse hace varios años. Llegaba Paco Jémez a la UD Las Palmas tras varios años sin una meta definida, sin un juego identificativo y con una afición agotada de encajar un golpe tras otro.

Llegaba a un equipo con poco dinero en el bolsillo y con una directiva cansada de apostar por futbolistas de fuera que no ofrecieron el nivel que se esperaba de ellos. Ramírez se reunió con Jémez y le dijo que la cantera iba a tener protagonismo. Quizás no tanto por convicción, sino más bien por necesidad. Juanpe, Randy, Armiche, Aythami, Vicente, Viera y Vitolo. Siete chicos imberbes, de los que pocos sabían, se hacían con dorsal en el primer equipo. El tradicional “este año bajamos” se hizo la frase más escuchada esa pretemporada.

Fue entonces cuando Jémez, un técnico que tampoco había hecho mucho por aquel entonces como entrenador, los puso a jugar a su aire, como en la calle. Toque, regates y fútbol ofensivo. La afición se fue enganchando poco a poco a los colores y comenzó de nuevo a creer en su equipo. No solo volvía la cantera, sino que también volvía la unión entre el club y el aficionado. No salió la temporada como esperaba Ramírez y Paco, pero esa semilla que plantó Jémez, es ahora la flor que ha germinado con Herrera.

Por eso mañana será ovacionado por la grada. Porque a Paco Jémez le debemos mucho en la isla. Le debemos el haber devuelto el fútbol a Gran Canaria y que, tras varios años pensando en permanencia, volviésemos a creer en una UD Las Palmas en Primera División.

por Jesús Izquierdo
Jefe de Deportes de Radio Marca Gran Canaria

Este artículo se modificó el 19/09/2015 22:41 22:41