La Unión Deportiva sale del descenso con un triunfo vital ante un rival directo gracias a un Jonathan Viera desatado. El de La Feria, clave con dos asistencias y un penalti materializado. Los de Setién cogen aire antes de finalizar 2015.
Ganar por lo civil o lo criminal. Ésa era la consigna de la Unión Deportiva. Cerrar el año con buenas sensaciones y fuera de los puestos de descenso dependían de un partido. De 90 minutos. La UD supo gestionar los tiempos y vencer a lomos de un Jonathan Viera colosal.
Los amarillos sacaron más oficio que brillantez en un césped desastroso que no invitada a grandes exhibiciones. Combinaron menos que en otras ocasiones, fueron prácticos y encontraron la salsa de este deporte: el gol. Negados hasta el momento, ante el Granada entraron todas. Un ejercicio de efectividad inaudito desde el regreso a Primera División.
Setién tuvo que volver a confiar en Hernán y Garrido como centrales, ante las numerosas bajas. Arriba, un nuevo inconveniente: las molestias de Araujo durante la semana le impidieron entrenarse con normalidad y se prefirió la precaución. Willian entró de titular, pero no pudo terminar la primera mitad.
El césped, un desastre por el hongo Pythium, fue un inconveniente mayúsculo para ambos conjuntos. Una realidad preocupante, sin solución y que propicia lesiones. Hernán y Willian José se retiraron antes de tiempo tras malos movimientos. Ante estas adversidades también tuvo que reponerse una Unión Deportiva con coraje. De las que aparecen en las grandes citas.
En este difícil contexto Setién y sus pupilos eligieron variar lo mínimo la filosofía. Varas trató de jugar más en largo, evitando posibles riesgos en la zona de creación desde atrás. A pesar de los riesgos evidentes, la UD no perdió su identidad. Creció con el paso de los minutos, ante un Granada muy bregador, con el venezolano Peñaranda como principal estilete ofensivo.
Pared, espacio y gol
Para cuando el Granada quiso darse cuenta, la Unión Deportiva ya tenía la manija del partido. Roque y Vicente se hicieron grandes en la medular, se intercambiaron los papeles constantemente entre la creación y construcción, generando un cortocircuito en la zona central del cuadro nazarí.
Parapetado el Granada por la insistencia de la Unión Deportiva, era el momento para que alguien originara algo. Y si hay un futbolista capaz de hacer magia es Jonathan Viera. Cogió las manijas del encuentro y se las llevó a casa. El de La Feria mostró un nivel superlativo, siendo un líder dentro del campo y ofreciendo múltiples alternativas.
En una combinación entre Viera y Tana llegaría el primer tanto. Jonathan encaró desde el pico del área, encontró ayuda en el del polígono de San Cristóbal, bailó a Babin y volvió a devolver al espacio. Era la lógica de la jugada. Únicamente tenía que aparecer Tana, liberado tras el pase. Apareció, no falló y subió el primero al marcador (min. 32). Una pared preciosa. Esto es fútbol.
Para entonces el partido había cambiado. Willian y Hernán, lesionados, daban entrada a Araujo y David García. La UD pareció en ocasiones algo desorganizada en la salida del balón, pero ganó en confianza. No es para menos cuando el césped te da las mismas garantías que una escopeta de balines en una feria. Todo se ralentiza y se hace impredecible.
Vuelve la sociedad
Una de las grandes noticias de la tarde fue el regreso de la sociedad Jonathan-Araujo. En el minuto 50 Vicente Gómez avanzó con decisión hasta la zona de peligro. Con un sutil balón le cedió el esférico a Viera y éste, al primer toque en el aire, a Sergio Araujo. La cara de Lombán fue para verla. El ariete argentino, negado durante prácticamente toda la competición, volvió a ver portería. Controló y con la zurda la puso en un espacio imposible para Andrés Fernández (min. 50). Viera se gustaba. Y su sonrisa le delataba.
Únicamente puso algo de picante Peñaranda, un oasis en un desierto llamado Granada. Cinco minutos más tarde del gol de Araujo, el ariete venezolano arrancó para batir por abajo a Varas. Su potente zancada no pasará desapercibida en el fútbol español. Peñaranda dibujó el partido de incertidumbre. La UD sesteó, reculó y vio peligrar su cesto. Incluso David García cometió un penalti claro sobre un Peñaranda que tuvo que ser expulsado anteriormente por doble amonestación.
Wakaso, el último cambio, encontraba premio prácticamente en su primera intervención derribado en el área. Penalti y momento decisivo del partido. Jonathan Viera, quién si no, asumió la responsabilidad para batir con suma tranquilidad a Andrés (min. 79). La UD sentenciaba y noqueaba a Sandoval.
Con el partido cerrado, Araujo peleó un balón en la banda para realizar un tanto que puede valer su peso en oro a final de Liga con el golaveraje. Lombán metió el esférico en su propia portería. La fe de Araujo se pagó con un fuerte aplauso del respetable, que salió holgada por primera vez del Estadio de Gran Canaria. La UD cierra un año 2015 en el ámbito deportivo sobresaliente. Queda un 2016 de mucho sufrimiento. Ahora, con más aire.
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Unión Deportiva Las Palmas 4-1 Granada Club de Fútbol
Unión Deportiva Las Palmas: Javi Varas; Simón, Garrido, Hernán (David García, min. 26), Dani Castellano: Roque, Vicente; Jonathan, Tana (Wakaso, min. 76), El Zhar; Willian José (Araujo, min. 37). Entrenador: Quique Setién.
Granada Club de Fútbol: Andrés Fernández; Foulquier, Babin, Lombán, Biraghi, Fran Rico, Fran Márquez, Rubén Pérez; Édgar Méndez, Peñaranda, Nico López. Entrenador: Sandoval.
Goles: 1-0, Tana, min. 32; 2-0, Araujo, min. 50; 2-1, Peñaranda, min. 55; 3-1, Jonathan Viera (p), min. 79; 4-1, Lombán (p.p), min. 92.
Árbitro: Santiago Jaime Latre, comité aragonés. Amonestó a los locales Roque y Wakaso; y a los visitantes Peñaranda, Javi Márquez, Roberto, Rubén Pérez y Rochina. Expulsó por doble amarilla a Biraghi (min. 66 y min. 85).
Incidencias: 17ª jornada de Liga BBVA. 18.973 espectadores.
Este artículo se modificó el 31/12/2015 19:00 19:00