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Un torneo prescindible, por Gerardo Mayor

Visto desde fuera, y para el que no está muy informado en cómo transcurren estos partidos, la visión sería ideal. Dos encuentros entre equipos de la LFP, de cierto nivel competitivo para sacar conclusiones, con un beneficio económico para ambas entidades y una muestra de inmejorables relaciones entre dos clubes de máxima rivalidad en el archipiélago. Visto así, ojalá dure muchos más años.

Pero resulta que no es oro todo lo que reluce. No recuerdo una edición de la Copa Mahou sin una trifulca, una mala entrada, un ambiente poco de amistoso. Un derbi siempre es un derbi, pero en verano, sin puntos en juego y con ambos equipos en pleno rodaje y plagados de jugadores del filial sorprende el aroma hostil que se respira en el césped. Da igual quién esté en los banquillos, los jugadores que haya sobre el césped o la categoría en la que compiten ambos equipos. Al final siempre hay bronca.

Ayer Setién explotó. Razones no le faltaron, aunque en mi opinión no fue el encuentro de este torneo con mayor dureza. Sin ir más lejos, la pasada temporada Suso fue expulsado nada más saltar al campo por una durísima entrada sobre David Simón, mientras que en Tenerife tuvo incluso que intervenir la policía tras otra fuerte tarascada delante del banquillo amarillo, que saltó como un resorte y desencadenó una bronca monumental. Cómo olvidar también el primero de estos encuentros que se jugó en el Estadio de Gran Canaria. Que se lo digan a Diego Herner, quien sufrió una rotura de tabique nasal y se perdió un mes de competición por un codazo que deja serias dudas sobre si fue o no de forma voluntaria.

Lo cierto es que lo que deberían ser partidos de fútbol de equipos en construcción donde los técnicos hacen pruebas y sacan conclusiones, acaba convirtiéndose en batallas personales entre algunos jugadores, piques y un ambiente que acaba teniendo poco de amistoso. Ayer el Tenerife ganó porque supo mantenerse ordenado atrás y aprovechar uno de los tres errores que cometió Las Palmas en defensa. Totalmente lícito y loable porque al final de eso se trata el fútbol: aprovechar las ocasiones y no tener concesiones en la retaguardia.

Pero ¿qué conclusiones se pueden sacar del partido de anoche en Maspalomas? Porque en Tenerife creo por momentos que se confunde la intensidad y competitividad con la agresividad. Porque no creo que en un encuentro de liga se vieran entradas como alguna de las de anoche, principalmente porque en un encuentro oficial ningún árbitro que aplique correctamente el reglamento dejaría once jugadores blanquiazules sobre el césped. Por tanto, pongo en duda si realmente para ellos a nivel deportivo les es muy útil.

¿Qué saca Las Palmas últimamente jugando estos torneos? Temor en el cuerpo técnico a una lesión de sus jugadores y una tensión inusitada para un partido en pleno julio cuando se llevan dos semanas de entrenamiento. Tampoco se pueden sacar demasiadas conclusiones técnicas porque en Primera División por suerte es difícil ver partidos como el de ayer.

La solución, como muchos piden, no es ponerse a la altura del juego brusco del rival. De ser así, más que un campo de fútbol acabaría siendo un campo de batalla. La solución no está en los empujones de Roque o Lemos, o el encontronazo de Vicente con Nano. Hay que procurar no caer en su juego aunque al jugador le acaba frustrando recibir tantos golpes en un supuesto partido amistoso.

Por tanto, ¿es realmente rentable a nivel deportivo disputar este torneo? Ya Setién ha puesto el grito en el cielo y aunque quedan unas cuantas fechas para la vuelta, ese encuentro ya queda señalado. El técnico ya amagó con llevar el filial a un torneo que para unos no deja de ser un partido amistoso, mientras para otros parece ser la mismísima final de un playoff de ascenso, en vista de la tensión con la que «juegan». No sería de extrañar que ésta fuera la última edición de un torneo que a Las Palmas da más dolores de cabeza que beneficios deportivos.

Twitter: @GerardoMayor

Este artículo se modificó el 27/07/2016 21:17 21:17