Podemos reconocer, sin miedo a equivocarnos, que la goleada en el Camp Nou equilibra las expectativas hasta ponerlas en un marco real. Los jugadores, el cuerpo técnico, los medios y la afición. Todos miraban con optimismo al choque ante el todopoderoso FC Barcelona, obviando la diferencia de 800 millones de euros de presupuesto, por ejemplo, o la enorme magnitud de lo que supone cada estrella blaugrana.
También es necesario recordar que esas expectativas desmedidas vinieron en base a la ilusión que genera un estilo de fútbol reconocido, un sello recuperado por Setién, un estilo que reconforta a la vez que genera resultados. Sin embargo, la Unión Deportiva Las Palmas todavía está lejos de poder competir de tú a tú con los grandes de España. Tan lejos como la gran mayoría de equipos españoles.
Tiempo atrás era normal ver al conjunto amarillo mantener la categoría de plata en el último partido, perder en campos del extrarradio o deambular sin pena ni gloria por Segunda B. Ahora sabe lo que hace, que no es poco. Tal vez esta derrota en el Camp Nou ayude a recordar en qué escalón está ahora mismo la UD. Un escalón intermedio, de consolidación en la élite, un momento enormemente deseado durante décadas.
No puede caber una mínima sensación de decepción. La UD Las Palmas está creciendo. No es justo ni adecuado tratar de adelantar acontecimientos que se cocinan a fuego lento. Con tiempo todo llega. Disfrutemos del camino.
Twitter: @mhernandez
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Este artículo se modificó el 17/01/2017 11:47 11:47