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A la UD le puede el vértigo (3-3)

Jesé Rodríguez / LFP.es

Las Palmas pierde una oportunidad única para hacer historia en el Bernabéu, jugando con uno más toda la segunda parte y desaprovechando una ventaja de dos goles. El Madrid logró el empate con heroica. 

Si había una oportunidad para ganar en el Bernabéu por primera vez en la historia de la Unión Deportiva Las Palmas fue en la noche de este miércoles. Las Palmas se había puesto por delante 1-3 a falta de cinco minutos para el final. Entonces se alineó el espíritu del Real Madrid con la ‘buena vista’ de un linier que vio un penalti y un córner. Dos goles con el sello del Madrid. A la heroica. Las Palmas se desinfló en los últimos minutos tras un auténtico partidazo.

El partido comenzó frenético. Tanto que antes del primer minuto Morata ya había conseguido rematar a gol, pero en situación ilegal. Las Palmas, con personalidad, salió al Bernabéu con su sello: querencia del balón, tratando de mantener la posesión y buscando electricidad en los últimos metros.

El primero en dar en un atractivo partido fue Isco. En posición de fuera de juego el malagueño adelantó a los madridistas tras un pase de Kovacic. Isco, en el minuto 7, engañó a Varas para poner a los de Zidane por delante.

La reacción amarilla llegaría de inmediato. Tana, con el cuerpo, se deshizo de Sergio Ramos en un elegante movimiento, se internó en el área y de un derechazo batió por la escuadra a Keylor Navas (min 9).

Las Palmas plantaba cara al Real Madrid. Roque y Jonathan Viera dominaban el tempo del encuentro. El ’21’ amarillo entendió a la perfección el partido. Control. Y cuando hacía falta velocidad, balón a Jesé. El extremo grancanario, en su gran noche, no defraudó. Esprintó, se ofreció y fue solidario en defensa.

Precisamente un jugadón de Jesé en el que volvió loco a Carvajal originaría la ocasión más clara para una Unión Deportiva crecida. Kevin-Prince Boateng, con todo el tiempo del mundo, se precipitó en el lanzamiento. Vicente Gómez, de cabeza, volvió a poner en apuros a Keylor Navas.

Por entonces Aythami ya había entrado en sustitución del lesionado Pedro Bigas -se llevó un golpe en el rostro-, y los de Setién eran dueños y señores del partido. Corría el Real Madrid tras los amarillos en el Bernabéu. Un guión no tan sorprendente a estas alturas. Con una UD que sabe a lo que juega con los ojos cerrados.

Jonathan celebra el 1-2 / LFP.es

Autoexpulsión de Bale: la UD roza el milagro

El partido era de tú a tú hasta el descanso. Con una UD dominadora, con más ocasiones que el rival pero sin suerte de cara a portería. Todo cambió tras la reanudación.

Bale, fuera de sí tras una recuperación de Viera, golpeó al grancanario por detrás y posteriormente le empujó [vea el vídeo]. Roja por agresión. Las Palmas afrontaría toda una segunda parte con un hombre más en el Bernabéu. Si no era el día, lo parecía.

Los amarillos se crecieron. Supieron sobreponerse a la presión asfixiantes de un Bernabéu que pedía al árbitro sin saber muy bien qué. Se sienten desarmados cuando la justicia se impone, atrapados en una espiral conspiranoica que, en muchas ocasiones, les da frutos. Hoy también.

David Simón llegó por banda para disparar a portería, pero se encontró con una estirada de Sergio Ramos. No era portero, así que penalti. Viera, con frialdad, convirtió la pena máxima desde los once metros (min. 56). Para entonces, la UD ya encontraba latifundios a las espaldas del centro del campo del Real Madrid. Jesé se puso las botas.

Un balón en largo posicionó a Kevin-Prince Boateng solo antes Keylor Navas. El constarricense, en una salida alocada, terminó por vencerse. Prince metió la puntera para definir a portería vacía (min. 53). Los de Setién tenían ante sí un escenario idílico. La primera victoria de la historia del club en Chamartín estaba en su mano. Pero aún quedaba un mundo.

Prince celebra el 3-3 / LFP.es

El espíritu del Madrid

Las Palmas dominaba la situación gracias al orden y jerarquía de Roque Mesa, la habilidad para leer cada jugada de Jonathan Viera, el equilibrio para descolgarse o cerrar de Vicente Gómez y la velocidad de Jesé. Todos rindieron a un nivel espléndido ante un Real Madrid que, incluso en un mal día, te exige dar tu mejor nivel. Nada lejos de la realidad para uno de los mejores conjuntos del mundo.

Hacía falta manejar la renta, tener inteligencia y enfriar el partido. El Real Madrid, con los mejores rematadores y centradores del mundo, tampoco echó en falta al hombre de más. Encerró a Las Palmas, que en su debe dejo viva al Real Madrid. Jesé, negado de cara a gol, tuvo dos ocasiones claras para cerrar el partido. Pero no pudo ser.

Jonathan Viera, con una sobrecarga, tuvo que abandonar el terreno de juego y Las Palmas, inconscientemente, se vino atrás. El Real Madrid apeló entonces a lo de siempre: la heroica, el corazón, la garra. Eso, un linier que ante la duda pitó merengue.

El penalti de Dani Castellano por manos dentro del área en el minuto 85 hacía presagiar lo imparable. Cristiano puso el 2-3 en el minuto 85 y se venía el vendaval. El Bernabéu apretaba como nunca, con esa mezcla de ira ilógica al sentirse robados por el estamento arbitral y el espíritu innegable de superación que tienen en los minutos finales. El espíritu de las remontadas.

El partido de la UD hasta el momento quedó desdibujado por un Real Madrid que haría esto ante la Juventus, el City o Las Palmas. Sin saber cómo te arrincona. Y sólo te queda el instinto de supervivencia. Cristiano, en un córner inventado, hizo el 3-3 para delirio de una grada que veía que LaLiga se escapaba hasta ese momento.

Las Palmas firmó un partido sobresaliente dada las limitaciones del conjunto de Quique Setién. De nuevo demostró que tiene un estilo y una idea definida. Y lo hizo, además, con una personalidad apabullante durante muchas fases del partido en uno de los feudos más complicados de Europa. Un partido más que digno, pero el espíritu del Real Madrid le quitó lo que hubiera sido un premio histórico.

A veces las victorias morales existen. Y en el Bernabéu Las Palmas la logró. Fin a la racha negativa de cuatro derrotas consecutivas. Debe servir para volver a la senda de los triunfos ante Osasuna e ilusionar a una afición deseosa de ver cumplidas sus expectativas. No era un sueño. Esta UD puede competir por cotas más altas.

Real Madrid 3-3 Unión Deportiva Las Palmas

Real Madrid: Navas; Carvajal, Ramos, Nacho, Marcelo; Kovacic (James, min. 70), Isco (Lucas Vázquez, min. 65), Kroos; Cristiano, Morata (Benzema, min. 70) y Bale. Entrenador: Zinedine Zidane.

Unión Deportiva Las Palmas: Varas; David Simón, Lemos, Bigas (Aythami, min. 26), Dani Castellano; Roque, Vicente, Jonathan Viera (Halilovic, min. 73), Tana, Jesé y Prince (Mateo, min. 68). Entrenador: Quique Setién.

Goles: 1-0, Isco, min. 7; 1-1, Tana, min. 9; 1-2, Jonathan Viera, min. 56; 1-3, Kevin-Prince Boateng, min. 59; 2-3, Cristiano, min. 85 (p); 3-3, Cristiano min. 89.

Árbitro: Fernández Borbalán, comité andaluz. Amonestó a los locales Carvajal; y a los visitantes David Simón, Prince. Expulsó a Bale (min. 46) por agresión.

Incidencias: Jornada 25ª de LaLiga Santander, Estadio Santiago Bernabéu, 63.789 espectadores.

Este artículo se modificó el 02/03/2017 22:03 22:03