Los amarillos siguen dejando muy buenas sensaciones durante esta pretemporada, siendo el partido ante el Besiktas el mejor ejemplo de ello.
La UD Las Palmas continúa su andadura en esta pretemporada con la idea clara de coger el ritmo adecuado para estar el próximo 18 de agosto en óptimas condiciones de afrontar el encuentro ante el Valencia. Lo cierto es que el cuadro amarillo progresa adecuadamente con el paso de los días y de unos amistosos en los que los resultados son alentadores, pero las sensaciones son todavía mejores.
A pesar de ello, Manolo Márquez está intentando darle la importancia justa a lo que, por el momento, se está viendo de su equipo en este primer mes de preparación. No quiere titubeos, pero tampoco busca sacar de contexto las actuaciones de sus jugadores en lo que el técnico barcelonés considera «entrenamientos disfrazados» aunque las muestras de poderío sean tan palpables como las de la victoria ante el Besiktas.
En dicho encuentro, Las Palmas fue de menos a más, intentando construir su juego con paciencia y con la idea clara de que, para poder desarrollar todo el potencial ofensivo que tiene, debe hacer uso constante del poder asociativo que tiene en sus centrocampistas. Ese tipo de pistas son con las que el entrenador amarillo deja entrever cómo pretende jugar cuando empiece la competición, cuando llegue el fuego real.
Desde la tranquilidad que muestra en todo momento, Márquez empieza a dejar claro que no va a poner trabas al talento y no va a cohibir el desparpajo. La UD disfruta con la libertad para el virtuosismo, con la independencia para dibujar sobre el césped pases, desmarques y regates que edifican un ataque que tiene muy buena pinta.
En ese sentido, la presencia de un solo pivote es parte fundamental para sustentar todo el potencial que los amarillos poseen en sus hombres de ataque, ya que el equipo acumula en esa línea de cuatro una capacidad de invención muy alta. Sin embargo, el compromiso defensivo se presenta clave en el despliegue de ese sistema 4-1-4-1 que pretende tener las líneas muy juntas para que el equipo sea lo más compacto posible.
Las pinceladas de Márquez van por ahí; los jugadores están más cómodos con un pivote que aporte esa seguridad atrás a la vez que complementa el ataque. Y eso hace que se pueda observar a una UD mucho más vistosa y que genera más peligro cuando acumula muchos jugadores en el frente de ataque, cuando todos los jugones entran en calor.
No obstante, hay que reseñar que todavía queda mucho camino por recorrer hasta que se inicie LaLiga en Mestalla y hay que valorar la pretemporada en su justa medida, como lo que es, como una mera preparación para el momento de la verdad. Aun así, esta UD Las Palmas empieza a generar una expectación y una ilusión que están justificadas.
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Este artículo se modificó el 29/07/2017 23:03 23:03