Bajo el influjo de un ritmo bastante ramplón, la UD Las Palmas cayó ante un Leganés que se aprovechó de ello y fue más efectivo que efectista. Los de Manolo Márquez pagaron caro su falta de chispa en un encuentro que quedará para el olvido por la imagen mostrada actuando como local.
Apagados. Fuera de onda. Las Palmas se quedó sin alma. Los amarillos cuajaron un partido nefasto ante el Leganés y eso acabó costándole al equipo amarillo una derrota realmente dolorosa a una semana de visitar el Camp Nou. No estuvo nada bien la UD a la hora de hacerse dueña del encuentro, se fallaron las mejores ocasiones y los grancanarios acabaron un tanto desquiciados ante la falta de soluciones para revertir la situación.
Este era un encuentro para que Las Palmas hiciese efectiva su condición de local, para intentar ser un poco más vertical y conseguir tres puntos que eran muy importantes a pesar de estar solamente en la jornada 6. Ante el Leganés había que demostrar que la mejoría mostrada desde el desastre del Atlético era un hecho, pero los amarillos han dado un paso atrás después de sacar la cabeza del pozo en La Rosaleda.
El cuadro de Márquez no fue capaz de asentarse en ningún momento sobre el césped con claridad. Aún teniendo la posesión, la UD no era capaz de crear peligro y eso le daba a su rival cierta comodidad. En toda la primera parte, salvo por un disparo de Calleri, no se le pudo hacer daño a un equipo, el de Garitano, que supo esperar su oportunidad para darle un zarpazo al choque que no tuvo ningún tipo de reacción.
Con Tana completamente desconectado de todo, perdiendo balones y tomando malas decisiones los grancanarios no encontraron sensaciones por una banda izquierda en la que la mejor noticia fue el buen hacer de Borja. A todo eso se sumó lo poco que apareció Viera, en ocasiones desatinado y en otras sin apoyo, y lo errático que estuvo Calleri de cara a portería. El equipo jugó a un ritmo apático y nunca pudo despertar.
Además, con un banquillo en el que no había piezas para ponerle un poco más de Rock&Roll a un partido que pedía a gritos la entrada de alguien como Rémy que pudiese cambiar el guion de un partido horrible, para olvidar. La entrada de Toledo no resultó y todo acabó de la peor manera posible tras un muy mal día en la oficina.
Las Palmas sigue necesitando trabajar, Márquez debe continuar puliendo ciertas cuestiones que su equipo no es capaz de dar. Las bajas y los tres partidos en una semana no deberían ser una excusa para tapar lo visto sobre el verde del Gran Canaria. Cuando parecía que la UD había encontrado el camino, se ha vuelto a perder.
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Este artículo se modificó el 25/09/2017 13:25 13:25