Hace unos días vi por Twitter, en la cuenta de @TontodelBoteCan, una expresión que explicaba un poco todos los rumores acerca de los futbolistas que estaban siendo vinculados a la UD. De manera muy breve, el tuitero en cuestión señalaba que el club está haciendo un pequeño remake en cuanto a plantilla y posibles fichajes se refiere. Para quien no esté familiarizado con el término, un remake es una nueva adaptación de una película, un libro o una canción.
Seguramente, después de acabar la era de ‘Los Mercenarios’ de Paco Jémez que tan malos resultados le dio a la entidad, el club puede que haya pensado que la mejor manera de reflotar del barco sea con gente de la casa o, al menos, de la tierra. Jugadores que sientan el escudo, los colores y que puedan dignificar el sentimiento amarillo sobre el césped. Sin embargo, esa política de fichajes puede que no sea la más adecuada.
Trabajar en base al DNI de los futbolistas no es una manera elocuente de salir al mercado salvo para, por supuesto, un Athletic Club que lleva esa filosofía de manera intrínseca. Las Palmas ahora necesita algo nuevo, empezar de cero y eso puede que esté más arraigado a un proyecto que le dé un lavado de cara con jugadores que vengan a comprometerse con Manolo Jiménez y con lo que va a empezar a predicar desde julio en Maspalomas.
Se llame como se llame, haya nacido donde haya nacido, el futbolista que recale en la UD este verano tiene que venir a morir por la camiseta y, sobre todo, a morir con la idea del entrenador. Sin distinguir si es canario o marroquí, el jugador que firmé como amarillo debe tener en cuenta que, evidentemente, se le va a pagar su sueldo, pero que además de comprobar su cuenta bancaria cada final de mes tiene que salir con todo cada partido con el fin de conseguir un objetivo, que no es otro que pelear por el ascenso.
Además, esos jugadores tienen que tanto ser del agrado del entrenador como tienen que ser adaptables a su sistema de juego sin inventos, sin pomposidad y con criterio.
Más allá de si serán canarios, la afición lo que reclama es un equipo que pueda ser capaz de ganar y de competir desde el primer día. Por supuesto, si es con jugadores de la tierra el grado de satisfacción sube, pero no tiene que ser el término clave de la ecuación. La UD tiene jugadores de la cantera que están llamando fuerte a la puerta del primer equipo y hay futbolistas canarios que pueden ser interesantes, pero no debe ser único filtro.
Extranjeros, canteranos o isleños, Las Palmas lo que necesita es un equipo que vaya con el compromiso por delante y que pueda convertirse en candidato al ascenso. El camino que escoja Toni Otero para construir la plantilla no es lo que más importa.
Escrito por: Cristian Gil, redactor de udlaspalmas.NET
Este artículo se modificó el 09/06/2018 19:07 19:07