Todo delantero sabe que el primer gol es el más importante. Preocupaba la falta de puntería de Rubén Castro en esta pretemporada, que aún no se había estrenado en los ensayos anteriores. Anoche, el ariete se quitó un peso de encima. Un remate espléndido desde el punto de penalti puso por delante a la UD ante un correoso Cádiz. El primero de muchos.
No había mejor momento para disipar las dudas que empezaban a asomar sobre su figura. Lesionado Araujo, que se perderá al menos las dos primeras jornadas de Liga, y solo con Rafa Mir como alternativa goleadora, era la hora de ‘el moña’. A una semana de recibir al Reus en el que será la primera de las 42 oportunidades que tendrá este año la UD para demostrar que es un equipo de Primera, el fichaje estrella consiguió abrir la lata.
Nadie puede esperar otra cosa de Rubén. Sus años en el Betis han demostrado que no necesita entrar en contacto con el balón muchas veces durante el partido para ser decisivo. No es un delantero especialmente asociativo – para ello estarán Mir y el chino -, sino un jugador que se mueve como pez en el agua dentro del área. Y, pese a su escasez de centímetros, un rematador letal. Lo demostró ayer con este golazo, cabeceando un centro medido del que puede ser uno de sus socios esta temporada, Fidel Chaves.
Castro superó la treintena de goles en su último año en Segunda. La categoría, evidentemente, se le queda pequeña a un goleador de su talla. Hoy tendrá la oportunidad de medirse al equipo en el que se convirtió en leyenda… y ante el entrenador que menos minutos le ha dado. Si Jiménez decide darle minutos, el de La Isleta saldrá más enchufado que nunca. Volver a ver portería supondría una inyección de confianza enorme antes del primer envite oficial del curso.
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Este artículo se modificó el 12/08/2018 14:11 14:11