La introducción de Javi Castellano en el once de la UD Las Palmas ayudó a los de Manolo Jiménez a mejorar tanto en la contención como en la solvencia de un centro del campo que se había hundido en las últimas jornadas. El sevillano optó por equilibrio y lo acabó encontrando.
A la hora de buscar soluciones para salir del bache, Manolo Jiménez prefirió ir más hacia un camino en el que el equilibrio fuese la clave. Por esa razón, decidió conformar un centro del campo férreo, añadiendo un hombre más en la medular para reforzar el empaque de su equipo y lo que terminó encontrando fue una respuesta clara a los dolores de cabeza que los amarillos estaban sufriendo.
Con Javi Castellano acompañando a Timor, la defensa amarilla funcionó mejor y de una forma más precisa. El gemelo le dio a Las Palmas más seguridad y cemento, pero sobre todo fue un respiro para un Timor que, como único pivote, estaba teniendo demasiado trabajo, y a un Galarreta que tuvo menos trabajo en el repliegue al estar bastante más resguardado por el guardaespaldas que fue el ’18’.
Siendo el canterano un punto clave en el triunfo del sábado, la pregunta que queda ahora sobre la mesa es: ¿Volverá Manolo Jiménez a optar por un once donde haya una figura más en el medio o cambiará de nuevo el sistema? Lo que funciona es complicado tocarlo, aunque cada partido es distinto y cada rival puede crear otro tipo de problemas que no tienen porqué necesitar ese centrocampista.
A pesar de ello, ante el Numancia se pudo ver a una UD que recuperó solvencia, dureza y equilibrio. Hacía tiempo que los amarillos no estaban tan cómodos sobre el césped tanto a la hora de defender como a la hora de atacar. De ese modo, con los tres de arriba enchufados, que lo están a falta de meter a Rubén en la ecuación, y con un equipo bien plantado del medio para atrás, los amarillos volverán a dar esa sensación de escuadra sólida y sin fisuras que tanto se necesita en la categoría.
Este artículo se modificó el 24/10/2018 17:21 17:21