La UD Las Palmas visita este domingo a un equipo, el de Muñiz, que no ha salido de los puestos de privilegio en toda la temporada. Los amarillos, necesitados de un triunfo con el que sustentar su ya de por sí alicaído cartel de candidato, están obligados a ganar para sumar de una vez lejos de casa.
Un partido de dos caras. Un choque de trenes envenenado. La UD puede lograr un triunfo este fin de semana que les dé alas para salir adelante en su cruzada por alcanzar, al menos, los Playoff. Sin embargo, una derrota les podría dejar muy tocados y, sobre todo, señalaría directamente a un Paco Herrera que encadena números de descenso pese a no haber perdido ni un solo partido en este arranque de 2019.
En ese sentido, los amarillos van a afrontar este choque con franqueza y sabiendo que un resbalón tendrá sus consecuencias. Un empate, eso sí, no les dejaría demasiado tocados, pero tampoco les serviría para escalar posiciones. Por ese motivo, y como tantas veces se ha dicho en el pasado, este partido es una final que hay que ganar sí o sí.
Sabiendo lo complicado que es doblegar al Málaga, ya no hay escapatoria que valga. Las Palmas vive sobre una cuerda floja en la que si llega al final sin caerse podrá estar en la pelea por el ascenso o en la que si cae se quedará en una más que peligrosa tierra de nadie. Esta razón hace que la victoria sea lo más importante dado que para poder lograr una buena racha de resultados se necesita ganar fuera de casa.
Viendo el calendario y las sensaciones que está dejando el equipo, ganar en La Rosaleda es cuestión vital para la supervivencia competitiva de la UD. Todo pasa por ganar allí y, desde ese momento, buscar ese empujón definitivo que lleva meses sin aparecer. No obstante, una derrota podría dejar bastante tocado a un Herrera que, tras casi tres meses en la isla, sigue sin encontrar el camino.
Este artículo se modificó el 08/02/2019 17:28 17:28