Parecía que la solución a los problemas de Las Palmas era el big data.
“En el aspecto científico el club pretende alcanzar eficacia en sus decisiones utilizando los datos para mejorar rendimiento, resultados y estadísticas”. Nos dicen. Decisiones con calculadora. Pero el fútbol tiene algo de poesía, de intangible que hace que la sorpresa salte, que no siempre gane el favorito o que los cambios no vayan a mejor por mucho dato que usemos.
Se cargaron al novelista con métricas, matemática contra poesía, y ahora los números –que no tienen alma– se vuelven contra ellos. Ya las cifras de Pimienta son iguales o peores que las de Mel, 4 puntos de doce, sin conocer la victoria en casa, bueno peor, sin meter un gol en Gran Canaria.
No hace falta computadoras para verlo. Según El big data y Pimienta, la oportunidad de Hernâni en Zaragoza se mete en un 99 % de ocasiones, otra vez las traidoras matemáticas, no fue gol. El fútbol tiene algo impalpable, sutil. Con Mel acabamos el derbi igualados al Girona y a 7 puntos del Tenerife pero ya estamos a 13 puntos de nuestro eterno rival. Los goles en los primeros diez minutos también es otra especialidad grancanaria a la hora de envolver regalos.
Lo del córner ya da miedo. En nuestra contra es medio gol y el último tanto desde la esquina de Las Palmas no se recuerda… Eso es pizarra, pizarra y pizarra, pero no tenemos ni tiza para apuntar errores. Cuando escuchan la palabra córner contra Las Palmas sonríen en Fuenlabrada, Burgos y Zaragoza.
Podemos pensar en el cambio de técnico, el ambiente, la presión, los nervios, las ocasiones perdidas, lo injusto del resultado, pero ahí ya nos salimos del dato puro y duro, si el lenguaje de la directiva es big data, ya podemos hablar de big errata. Tenemos el balón para nada, fórmula matemática: tiqui taca + tiqui taca, resultado caca, ¿Para qué queremos posesión si acabamos en derrota y depresión?
Los entrenadores rivales, yo creo que ya con ironía, alaban nuestra plantilla como una de las mejores de Segunda, horas antes de ganarnos tras ocho victorias fallidas, o de romper rachas a domicilio como el Burgos. Somos el ibuprofeno para los dolores de cabeza de nuestros rivales, resucitamos muertos, la Unión Deportiva Paliativa. Paracetamol para los contrarios.
La verdad es que se están volviendo mediocres los jugadores. Volvamos al big data, tenemos un buen portero pero hemos encajado 34 goles… más que el Fuenlabrada en zona de descenso. Tenemos muy buenos delanteros pero nuestro pichichi de Champions en la jornada 28 lleva 8 goles, algunos de penalti. Otros ya ni de penalti.
Son jugadores de Primera pero no pueden con los ascendidos de Segunda B, como Ibiza, Burgos y Real Sociedad. Más datos: hemos ganado 6 puntos de 15 con los novatos de LaLiga Smartbank… Hemos metido menos goles que el recién ascendido Ibiza. El triste Zaragoza en su más floja campaña nos robó los seis puntos. La metralla del Big Data mata.
Nos habían puesto un guión maravilloso para sonreír bajo la dirección de Pimienta, en casa contra el penúltimo, después recibimos a uno de los peores visitantes y jugamos contra el que lleva 8 partidos seguidos sin ganar… Pero la comedia se hizo drama.
Ojalá este artículo sea una big errata y estemos en promoción al final de la temporada, lo contrario sería un mal dato. Hay tiempo, no calma, para cambiar de este equipo la matemática y el alma.
por Javier Fernández de Angulo
Editor de la revista Gentleman en México
Ex director de GQ, y subdirector de ELLE y VOGUE en España
Este artículo se modificó el 22/02/2022 09:24 09:24