Sin querer hablar de política, hay situaciones políticas que no puedo entender. Una de ellas, que la población de Las Palmas capital vote mayoritariamente al más impresentable de los elementos que ha dado la fauna política de estas islas. No puedo entender que una población mayoritariamente trabajadora mantenga en el poder a este imitador hitleriano del tres al cuarto, que, como dice José A. Alemán, ni siquiera tiene talento. Sus actuaciones políticas ahí las tenéis, Gran Marina incluido.
La jugada de Soria no ha sido otra que intentar salir del atolladero en el que se metió al arremeter contra el mayor de los referentes que tiene esta isla, y comprobar que en esta misión estaba solo (PP + C/7); que la población, los empresarios, todos, estaban remando en otra dirección...
Había que dar un golpe de timón, y lo dio... pero de 360 grados. La maniobra de confusión, Sr. Soria, no ha confundido a nadie. Aunque probablemente no confuso, ya que sabe lo que hace y porqué lo hace, usted sí que está confundido. Sus votantes pueden haberse equivocado dos veces, pero no lo harán una tercera.