Es lo que hace la lejanía. Los nervios de la semana previa te los comes sin compañía. Quieres que llegue el sábado y, al mismo tiempo, que no llegue. ¿Y si perdemos? Quita, quita. Confianza, no queda otra. Por más que muevo la antena de mi casa -hacia oriente o poniente- no hay señal. Definitivamente, Canal Plus no se me coge. Resignación. Se le da vuelta a todo lo que rodea a un derbi: la previa, la prensa, los foros... . 24.032 entradas vendidas para el gran clásico. Hubieran sido 24.033 con la mía, pero es imposible.
A todas estas, ¿cuál fue mi primer derbi en vivo? Como la mayoría de los foreros, aquel UD Las Palmas - Tenerife de la campaña 94/95. Un Estadio Insular a reventar y una grada curva que se venía abajo del gentío. Luego vendrían más, en Segunda y en Primera. Aquel memorable 2-0 del año del ascenso, que marcaba el inicio de un año repleto de alegrías. O el 1-2 en la vuelta de esa misma temporada.
Pero antes, y parece que casi nadie se acuerda de aquello, la UD Las Palmas volvería a vencer en Copa del Rey. Fue el año de García Remón en el banquillo. Aquel partido - el de vuelta en Tenerife- lo ofreció Canal Satélite Digital por un canal de dibujos animados. Jamás se olvidará. ¡Qué golazos de Socorro y el Turu! Y cómo no, el partido del apagón en Tenerife. Mítico. Qué fiesta en el barco de vuelta. Eran otros momentos.
El estadio de Gran Canaria todavía no ha vivido la alegría de vencer en un derbi. Este es el mejor momento. Sin duda. Desde la lejanía ya se escucha cómo los guerreros de Juan Manuel Rodríguez afilan sus armas. Los gritos de guerra retumban, sin importar distancias kilométricos y mares de por medio. El coliseo amarillo se inunda de fieles preparados para la batalla y los colmillos del matador se preparan para dar caza a su siguiente víctima.
Alea iacta est

No sé si se aprecia bien, pero sí, ahí tienen la bufanda de la Unión Deportiva Las Palmas en una de las tascas míticas del Bairro Alto de Lisboa. La grandeza de un club se mide por estas cosas.