Artículo publicado en "El Norte de Castilla"
UN EJEMPLO A SEGUIR
SUPONGO que cuando un aficionado al baloncesto en Valladolid sale del pabellón después de ver un partido como el del sábado, y al día siguiente, echando un vistazo a lo que ha sucedido en los encuentros de la añorada ACB, se encuentra con que el Kalise Gran Canaria es el líder de la competición, el sentimiento de envidia sana es inevitable.
El club de Las Palmas de Gran Canaria es un modelo en el que fijarse y al que cualquier otro de presupuesto medio-bajo debería aspirar. Aun a sabiendas que al final los grandes de nuestro baloncesto se volverán a repartir los títulos, es muy reconfortante ver como algunos se atreven a desafiar al poder establecido con una cuarta parte de recursos. Todos los años hay algún equipo que no entra en las quinielas que se mete arriba, pero al año siguiente tiene problemas para repetir la gesta. Lo de los amarillos ya no es casualidad, y salvo el año pasado que se quedaron a las puertas de Copa del Rey y del 'playoff', lo normal es verlos entre los mejores. A todo esto hay que añadirle el número de temporadas que llevan disputando competición europea, que supone un sobreesfuerzo para clubes de este perfil, pero también les da prestigio, y acaba siendo una especie de premio para sus aficionados.
Cuando las cosas funcionan con regularidad ya no se puede hablar de casualidad, hay que hablar de trayectoria. Y ahí radica el éxito, y donde todos deberían tomar buena nota. Se trata de una filosofía de club, porque al principio los éxitos se atribuyen a personas individuales, ya sean directores deportivos, entrenadores o jugadores, pero cuando se van unos, llegan otros, y siguen triunfando, la situación se convierte en una constante, y entonces lleva a pensar que hay algo más profundo. Sentido común, lo llamaría yo. En primer lugar, respetan los parámetros presupuestarios e intentan confeccionar el mejor equipo en los meses de verano, para de este modo no tener que realizar desembolsos a lo largo de la temporada. Normalmente tratan de mantener la base de la plantilla, que es un acierto, porque en el deporte la máxima de 'lo que funciona no lo toques demasiado' está más que demostrada. Es verdad que tienen muchos jugadores de otras nacionalidades, pero como están tanto tiempo con ellos, la simbiosis entre éstos, sus aficionados y el entorno, es tan buena, que su procedencia acaba siendo una mera anécdota y da la sensación que llevan allí toda la vida. En equipos de este nivel una buena sintonía del grupo conduce a un buen ambiente de vestuario, y eso al final se traduce en resultados favorables. Además, en la contratación de los jugadores norteamericanos no tienen temor en fichar a jugadores que no han estado antes en la ACB. Hasta ahora se han equivocado poco. Y cuando uno se pone a profundizar un poco, se da cuenta de lo acertado de sus decisiones a este respecto. Basten unos rápidos ejemplos para ilustrarlo: Fueron los primeros en contratar a Bernard Hopkins, Will McDonald, Bud Eley, Larry Lewis, Marcus Goree, Jackson Vroman.. Por no mencionar a su referencia actual, el canadiense Carl English, que es un pedazo de jugador. Su secretaria técnica sabe que hay rentabilizar el dinero al máximo, y hacen un trabajo de seguimiento a lo largo de todo el año de jugadores americanos, y cuando se deciden por uno de ellos es por que lo tenían bastante estudiado. Algunos dirán que hay otros clubes que también hacen este trabajo, y es verdad, pero cuando llega la hora de la verdad acaban fichando a uno conocido con el lógico aumento de precio. Por eso ha bajado tanto el nivel de estos jugadores en España, porque no llegan jugadores extranjeros nuevos. Que pena que en otros sitios que nos quedan tan cercanos, no se haya conseguido esa estabilidad que hubiese convertido al baloncesto en un negocio rentable. Habrá que conformarse con tratar de aprender de ellos desde la distancia.
http://www.nortecastilla.es/20081112/de ... 81112.html