Pero claro, tenía a Brindisi detrás, con medio gol en cada pase de aquel astro argentino. Eso si, el instinto asesino, depredador, dentro del área, no lo he vuelto a ver, ese que es impagable. Balón al hueco, sprint meteórico del "Puma", portero merendado y tiro a puerta vacía para conseguir el típico gol marca de la casa.
Pues el caso de Marcos es más o menos parecido, salvando las lógicas distancias. Lo suyo es el remate y no le pidamos más. Pero creo que en un equipo más equilibrado que el del ultimo año y con gente más capacitada, sus defectos serán mucho menos visibles y se dedicará a lo que sabe hacer, a rematar.
