El señor Ramirez economicamente sabe llevar a la UDLP, porque es un empresario.
Este es un mantra que hay que empezar a desmentir con rotundidad. El señor Ramírez es, por definirlo suavemente, un señor muy "cuco", nada más. Ahora por "cuco", que cada cual opte por la acepción que crea oportuna. La inmaculada, aparentemente, gestión económica del virrey, observa luces y sombras: luces que provienen de una tutela judicial, sombras que perrean desde que se empieza a mover el esqueleto. Ingenieria financiera ad hoc, medias verdades trufadas con bonitas palabras, lloriqueos programados, prepotencia establecida y una hoja de ruta inamovible: ordeno y mando, y de mi bolsillo, ni las gracias. Esa es la mayestática programación económica de diseño que siempre se muestra a modo de holograma sacrosanto, algo así como la nueva llegada del Mesías o el próximo contacto extraterrestre, aquello que los primitivos adoraban como señal de los dioses pero que en realidad sólo eran auroras boreales. Simplemente, un engañabobos, fruto de la ignorancia y la involución.
Porque estaría bueno ahora que para facturar horas incumplidas hubiera que estudiar en Harvard: eso lo hace cualquier pelagatos y así, de una vez, desmontamos el ritual, levantamos las alfombras rojas por donde pisa el conseguidor y llamamos a las cosas por su nombre.
Y ahora viene lo mejor: Refuerzos. La dirección deportiva de la UD Las Palmas sigue trabajando de cara a potenciar el plantel antes de que finalice el mercado invernal -el próximo 31 de enero-. La UD acelera la búsqueda de un lateral diestro y de un mediocentro. Tras la marcha de Juan Guerra, que regresó al Caracas, la cúpula deportiva examina el mercado. La racha de resultados negativos -el equipo amarillo solo ha ganado un partido en las últimas ocho jornadas- ha provocado que gane fuerza la opción de potenciar el flanco defensivo y buscar un acompañante a Javi Castellano.
Tócate los bemoles. Cuando interesa, no hay dinero. De repente, se trabaja en potenciar el plantel. ¿En qué quedamos, frio o calor? Teniendo en cuenta los antecedentes, más vale ponerse a temblar: obviando la lotería de Christian, Samuel o Trashorras, que sólo toca una vez en la vida, vayamos al escenario más plausible: Jorge Cabeza, Alberoni, Losada o Lolo, independientemente surjidos del mercado invernal o veraniego, lo mismo da. Todos, a la vista quedó, bocatto di cardinale, exquisitez non plus ultra, delicattessen delicious, esos que degusta con fruición esa calamidad intemporal llamada "asesor", que viene ultimamente destetando a su camada y los va bautizando con nombres que nos parecen una Cruz, por repetitiva monserga que dice "dios los cria y ellos se juntan". Pero es bueno, como dicen que dijo Dios cuando creó el mundo, que haya luz, y Dios creó la luz, y entonces es bueno que, aunque tarde, mal y nunca, la calamidad se haya dado cuenta que este equipo necesita un creativo en el centro del campo como el comer. Eso si, tengamos en cuenta que dados los antecedentes de la calamidad, el creativo que fiche no será futbolista, sino, al tiempo, un humilde escultor de bronce: nada que objetar, convendremos, porque creativo será.
Mientras tanto, la salida del balón seguirá en posesión de uno de los virtuosos en la Historia de la UD: Diego Armando Hernerdona, constantemente confundido entre un balón de fútbol y una mesa de noche. Mira por donde, ya tenemos dos fichajazos: Hernerdona y Juampechovski. Y sin rascarnos el bolsillo, virrey style. Porque no me dirán que esto es ya para tomárselo a risa, al más puro estilo del camarote de los hermanos Marx...
"Su papá fue un pequeño barítono y el primer hombre en inventar los macarrones rellenos de bicarbonato de sosa lo cual causa y cura las indigestiones a la vez".
