El gerente del partido en Madrid, Beltrán Gutiérrez, y el conseguidor hablaban como “organizaciones criminales”, según la UCO.

Esperanza Aguirre junto a Beltrán Gutiérrez, uno de sus hombres fuertes cuando presidía Madrid EFE
“Querido mío, ¿tiene agua el cántaro? Mis obligaciones me aprietan”. Con este mensaje, uno de los hombres utilizados por el Partido Popular para vehicular los pagos de las campañas del PP de manera irregular, y ajenos al Tribunal de Cuentas, pedía dinero al gerente del partido madrileño, Beltrán Gutiérrez, uno de los hombres de confianza de Esperanza Aguirre cuando presidía la Comunidad de Madrid.
EL ESPAÑOL ha tenido acceso a una conversación que consta en la pieza sobre la financiación ilegal del PP en el sumario del caso Púnica y que el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco levantó el secreto de sumario este pasado viernes. La primera pregunta la hace, vía mensaje, Óscar Sánchez Moyano, propietario de un conjunto de empresas a través de la cual se habrían pagado gastos de campaña.
“Ya se puede escuchar el rumor del agua. Espero que en esta semanilla”, le contesta Gutiérrez. Estos mensajes están fechados el 30 de noviembre de 2010, fechas en las que ya se estaba preparando la campaña electoral de 2011 para las elecciones municipales y autonómicas de Madrid, y en las que Esperanza Aguirre fue reelegida presidenta madrileña. Para la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, en esos mensajes se estaría hablando de entregas de dinero por Beltrán Gutiérrez al empresario.
Sociedades interpuestas para pagos al PP
El modus operandi entre Sánchez Moyano y el PP era el siguiente. Este empresario disponía de una serie de empresas que recibía a través de trabajos ficticios dinero de los pagadores reales del PP, como es por ejemplo el caso de Indra, adjudicatoria de contratos públicos por la Comunidad de Madrid. Indra hace una serie de pagos a empresas de Moyano, éste a su vez hace pagos por el mismo importe a otras sociedades, y estas últimas son las que pagan los trabajos reales realizados para la campaña del PP madrileño.
De esta manera, en esos pagos, el PP queda ajeno a cualquier pago de esos trabajos, y por tanto no los tiene que justificar ante el Tribunal de Cuentas. Para el pago de proveedores en campaña, cada partido tiene que abrir una cuenta específica de campaña para que puedan ser controlados los pagos y que no superen el límite legal establecido. Así que por un lado el PP hacía los pagos oficiales y por otro lado, utilizaría el anterior modus operandi para articular los pagos ajenos a esa contabilidad, y que demostraría la financiación ilegal del partido.
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