Tikkaboo escribió:Igualmente me resultó muy gracioso que los aficionados iban dándole a Jesé "meses de adaptación" conforme pasaban las jornadas. Comprobaban con sus propios ojos que su rendimiento distaba mucho del teórico. Ni siquiera se acercaba a un rendimiento cercano al famoso "Vengo a morir, no he venido de vacaciones".
"A Jesé le doy una par de semanas de adaptación para que muestre lo que realmente vale (...)"
"A Jesé le doy un mes de adaptación para que muestre lo que realmente vale (...)"
"A Jesé le doy dos meses de adaptación para que muestre lo que realmente vale (...)"
Y mira que tuvo partidos y oportunidades para demostrarlo.
[...]
Cuánta paciencia con unos y cuánta mezquindad con otros. Sin ir más lejos, por rendimientos igual de pésimos, a Mateo se le sentaba en la banqueta ó ni si quiera se le convocaba.
Se hace duro para el aficionado y también para el entrenador, esto de dar minutos a los jóvenes y a los jugadores sin ritmo. Me parece más una cuestión de esperanza que de simpatía, pero lo natural es que uno se desespere.
Mateo tuvo bastantes partidos, muchos más de los que se concedería a un filial para convencer. Cuestión de simple aritmética: un filial si juega 10 partidos recibe automáticamente ficha del primer equipo y no puede volver a jugar con Las Palmas Atlético. Mateo empezó a mostrar maneras cuando ya había jugado unos 17 partidos entre Liga y Copa, y terminó participando en más de 20.
Los refuerzos de invierno,
Jesé y
Halilovic, necesitarían el triple de paciencia, cosa que por su caché el aficionado medio no está dispuesto a conceder. Algo parecido nos sucedió con Viera, y eso que tiene unas condiciones que le permiten aportar sin depender tanto de la forma y PH sí diseñó un plan específico para facilitar su integración (una posición de "segundo delantero libre" que ya había empleado con Nauzet).
Alen lo tenía más fácil por lo mismo, características, pero pretender que compitiera como "interior de posesión" con Tana —cuando era de los que más km hacía— fue del todo descabellado. El croata tiene un guante en la izquierda y ni siquiera le dio tiempo a afinar puntería. Ya con
Jesé, que depende de su potencia, ni te cuento. Ponerlo recién llegado de "extremo de repliegue" mientras a su espalda se armaba la destrucción con colchones de plumas como Montoro, Halilovic o Lemos —en el tono que acabó la temporada— fue de una ingenuidad pasmosa.Y luego lo probamos como "punta referencia", como habíamos hecho con Asdrúbal y Tana (sin comentarios).
Se me echarán todos los compañeros encima, pero para mí la responsabilidad es toda del Setién de la Segunda Temporada. Un técnico que
en la necesidad había dado siempre con la tecla que necesitaba el equipo para encontrar el equilibrio,
en la opulencia se volvió obstinado e intentó que el equipo se amoldara a lo que él quería. Un ideal de juego que solo funciona con balón y cuando reina el optimismo en el grupo, pero que se convierte en una caricatura insustancial sin balón y sin aspiraciones.