JAMAKUKE escribió:Que seamos de los equipos que menos rematan a puerta es solo consecuencia de la propuesta rácana de este entrenador, no me vengan con que jugar bien al futbol es tocar y tocar sin ninguna intención de crear peligro, parece una broma de mal gusto, mucho me temo que de nada va a servir fichar un delantero si no se cambia la propuesta futbolística de este entrenador
Es que es imposible. Las jugadas de ataque, si se observan bien los vídeos, son una depravación futbolística. Simplemente, no hay nadie, ni hay presencia, sólo a veces Chrisantus, ni llegadas, ni desdoblamientos, ni desborde. Por supuesto que eso de tocar y tocar es un tostón inservible, cuando hay diez jugadores detrás del balón. Además de eso, la lentitud, la premiosidad, los pases defectuosos y los controles deficientes en futbolistas profesionales y de supuesta calidad son incomprensibles, muchas veces resultados de una pésima colocación y organización. No hay instinto asesino, ni ganador, ni ambición, ni presión, ni autoridad. Hay contemplación, parsimonia y me parece que mucho sobrado.
Entre unos jugando, y otros en la banda, el espectáculo resultante es dantesco, impropio de un equipo competitivo, ambicioso, ganador y moderno. El fútbol de la UD es grotesco, primitivo, absurdo, cansino, bostezante, aburrido y previsible. Lo del quinto puesto es irrelevante, un puro espejismo.
Y veremos si mañana desaparece, igual que la apariencia de agua en el desierto. La capacidad de aguante de esta afición, no olvidemos que muchos lo llevamos diciendo desde mitad de la temporada pasada, es de un mérito increíble. Esperando semana a semana, partido tras partido, año tras año, dando muestras de una paciencia infinita, ofreciendo nuevas oportunidades cada semana, ilusionándose cada vez que va llegando la hora de un partido, vertiendo rios de positividad sin estar sustentada en ninguna base científica, ofreciendo la mejilla dia a dia, para, al final, sólo conseguir una cachetada tras otra.
Y luego si lo aderezamos con juerguitas, borracheras, trasnochadas, amenazas, peleas, permisividad, inacción, hienismo interior y zancadillas personales, hasta el 0-0 parece una victoria en el Bernabéu.
Pero no, ni de coña, ni de lejos. Lo que parece es un drama inaguantable, insostenible e interminable.