Tikkaboo escribió:
Lo mismo sucedió con un vecino que se llamaba Temporal. Estaba desempleado hasta que le nombraron portero de la comunidad de vecinos. Un día, Casildo (el presidente de la comunidad. Muy perfil Juan Cuesta) fue a tirar la basura. Llevaba en su mano izquierda una bolsa con revistas porno y varios números del ABC principalmente y en la derecha, basura convencional. El muy cenutrio no se dio cuenta de que tenía las llaves de su hogar en las mismas manos que la basura convencional y lo mandó todo al contenedor. ¡Chacho, hay que ser cacharro cristiano! ¡Fuerte hombre más simplón, carajo! Pero ahí estaba Temporal, que se metió en el contenedor a encontrar las llaves de Casildo. Cuando se agachaba se le veían los pelos del culo. Y las encontró el muy jeringao. Eso sí, salió más negro que el sobaco de un grillo. Habían tirando varias latas de pintura negra y se quedó todo lambusiado. ¿Y porqué hizo Temporal tal epopeya? Porque estaba FELIZ DE LA VIDA, carajo. Y si Macky está feliz de la vida, puede encontrar las llaves de nuestro éxito deportivo.
Hola amigo.
Perdona que le moleste, pero es que en su historia me veo reflejado.
En mi época universitaria, en el viaje de fin de curso, en Bruselas, me voy a dar un paseo por la tardecita con la chica que me gustaba.
Nos pedimos uno de esos gofres típicos de la ciudad. Estos:
La verdad que estaban buenísimos.
Pues nada, cuando terminamos de comer, meto la basura en una bolsa, sin acordarme que en esa misma bolsa llevaba las llaves, cartera y todo.
La tiro en un contenedor como buen ciudadano y nada más soltar la bolsa dentro del contenedor, sabía la cagada que acababa de hacer y que había tirado todo mis enseres también.
Como estaba la mujer de mis sueños a un lado, disimulo y finjo que no ha pasado nada, y sigo con el paseo.
Seguimos hablando por un tiempo, aunque yo estaba en la luna por motivos evidentes, intentando trazar un plan que me sacara del embrollo.
A esto que veo como unos señores se llevan un contenedor de basura de la calle (no el mío sino otro). Por lo que temo perder mi pasaporte en aquella bolsa, así que no me queda otra, que decirle a mi "amor" que volvamos que había dejado una cosa en un contenedor.
Y no hubo remedio. Allí estaba yo, en bruselas, al lado de la estación de tren, en una tarde oscura,
metido hasta el fondo en un contenedor de basura, rebuscando entre los desechos de los belgas, para recuperar mis pertenencias, mientras los nativos y sobre todo mi "amada" observaba tan bochornoso espectáculo.
Al final pude rescatar la dichosa bolsa, así que tocó volver al Hotel, de paseo "romántico", apestando a Coles de Bruselas. Como para intentar besarla con aquel hedor...
No salió el paseo como había planeado, pero de todo se aprende. Aunque yo sigo buscando la moraleja todavía de esta situación.
En fin, que no tiene nada que ver con Las Palmas, pero me has hecho acordarme de mis tiempos jóvenes.
Saludos compañeros.