pitasabila escribió:Aficionado educado escribió:pitasabila escribió:
Eso ya pasaba antes (y sigue pasando) cuando se le da el abono al colega para que vaya al estadio porque tú no puedes ir. ¿Quién se beneficia, el dueño del abono o el colega? Creo que el error es llamarlo "Día del abonado", porque al final, el abonado no se beneficia en casi nada. Con llamarlo "Día del aficionado" basta.
También digo que de los 21 partidos de liga regular del año pasado (de los cuales solo fui a 19 por motivos personales), en el que mejor me lo pasé fue el del Recre, que era día del abonado y me llevé a mi amigo.
Yo hablo de una cosa distinta. Hablo de que un abonado, por conseguir que otro se abone gracias a ti, tenga un descuento en el abono del año siguiente. Eso sí que beneficia al abonado, y ahorraría euros en publicidad de campaña de abonos, puesto que estos tienen algo que sacar y ya se encargarán de que se abone alguien cercano.
Más que promociones familiares, esta opción es mucho más inteligente. Habría hasta listas de espera para conseguir una butaquita en el EGC
Eso es ilógico e inviable por muchas razones. La primera y la más obvia es que tienes que demostrar que esa persona se benefició de la entrada a precio reducido gracias a tu abono, y con la entrada no vale.
Se equivoca. Además de lógico, es lo más viable del mundo, porque no es necesario demostrar nada más que la entrada con su descuento por ser invitación de abonado.
Verá, me pongo en situación..:
Acaba la campaña de renovación de abonos y se abre el plazo de inscripción de las nuevas altas. Me presento con la entrada a mitad de precio de ese día de promoción, para demostrar que fui por la invitación de un abonado y le digo su nombre y número de abonado, que éste se esforzará en darme los datos porque somos amigos y él me convenció para abonarme. Se encargan de buscarlo y ya está. Es evidente que ese esfuerzo de ir con la entrada del partido y facilitar los datos de tu amigo abonado sólo lo hará como favor para que tenga su porcentaje de descuento. Acto seguido eñ antiguo abonado podrá retirar en cash el descuento en las oficinas del EGC.
Además, puede haber una picaresca por parte de los tres implicados en la que todos ganan:
-el club consigue un abono más, que compensa el descuento del afianzado sobradísimamente.
-el antiguo abonado consigue su descuento
-el nuevo abonado podría pedir su "parte" del motín. "Chano, ya que gracias a mí te sale el abono más barato, dame la mitad, ratilla, o me pagas unas tropis en la fansón"
Es inteligente y perfecto. Es una estrategia perfecta para compensar las miles de bajas que pueda haber un mal año como mínimo. Ideal teniendo un tope de abonados de 30.000 para un estadio de 40.000, pensando en grande. Además, con el tope de abonados se crea una sensación de escasez que anima a abonarse, e incluso podría provocar lostas de espera.