BORJA ESTUPIÑAN escribió:Volviendo a tema canterano-versus Setien, en su contrato no pone cuantos canteranos debe utilizar minimo. Es poner los mejores y la realidad es que desde Viera, Ruben, Vitolo, Simon, Castellanos, y me olvido seguro de alguno, no ha salido nadie potable para el primer equipo, ni siquiera para primera.
No pueden ponerlos porque repasando las plantillas de la primera division no encuentran ninguno. No es un deshonor, hay añadas mejores y peores y desde hace 5-6 años no sale nadie.
No me vale que el Español ponga a 4, los pondrá, porque valen. No va a tirarse piedras sobre su tejado, Flores.
En su contrato no pone cuántos canteranos ha de promocionar cada temporada, pero según todas las informaciones ha pedido más peso en la confección de la plantilla, por lo que no sería descabellado. En su currículum tampoco ponía cuántos canteranos ha promocionado durante su carrera, pero según las declaraciones que hizo en una entrevista a BeINsport sabe perfectamente en qué tipo de club está. Una entrevista en la que definió el Proyecto UD como una especie de "copia del Athletic".
Es muy fácil hablar del nivel de una camada cuando se ha abandonado a su suerte. Nunca es una coincidencia que la supresión de promociones al primer equipo ocasione una generación perdida. Más bien la falta de oportunidades suele ser la causante, porque competir al máximo nivel es una fase fundamental en la formación y estamos hablando de jugadores que en su gran mayoría no han tenido ninguna oportunidad.
Si el gobierno suspende el sistema MIR mejorará ipso facto la asistencia sanitaria, pero es pan para hoy y hambre para mañana.
¿No te parece extraño que hables de una generación que vivió la promoción "masiva" al primer equipo la misma temporada que se inauguraba el Proyecto de Cantera 2010/2011? ¿Realmente crees que no ha salido un talento equivalente en años sucesivos?
Las generaciones posteriores a las que se beneficiaron del PdC (88/89/90) experimentaron una cierta proliferación de agentes en la isla y ojeadores de megafranquicias, también motivada por el interés suscitado por el propio PdC. Nunca han salido tantos jóvenes jugadores canarios como en aquella época.
Primero, los que se sintieron apartados de esa misma generación protagonizaron una estampida. Cristian Herrera, Omar Fleitas y Néstor Gordillo han terminado dando o quitando la razón al informe de desarrollo. Subieron jugadores con más cabeza, más maduros y preparados para asimilar el salto a la profesionalidad, con mejores hábitos y mayor capacidad de sacrificio. Pero pocos dudan que si hubieran permanecido bajo el ala del club ahora serían miembros valiosos de la primer plantilla.
Segundo, la salida de Sandro Ramírez y Héctor Hernández ocasionó otra estampida —más escalonada— en la generación siguiente. Si un jugador no se comporta como un profesional antes de ser profesional tiene muy difícil llegar sea cual sea su talento. Pipo, Leto, Chus, Stephane, Athuman... eran valores interesantes a los que solo las prisas han hecho descarrilar, mientras Nili, Benito, Borja Herrera, Yeremi, Arencibia, Fuli, Pablo, Guanche... han crecido a base de constancia e implicación. El mayor logro del PdC en estos años (gracias a los éxitos de un primer equipo eminentemente canterano) ha sido que la creencia de que el salto a la península a edad temprana ya era algo de lo que fardar está desapareciendo. Los pibes están en filiales de equipos vendedores, sin padrinos ni afición arraigada, sin apenas seguimiento. No es extraño que protagonicen casos de indisciplina o mala adaptación. Una opinión que quizás pueda parecer injusta pero que lo es menos que decir que no tienen el nivel.
Han salido jugadores más que "potables" y la única razón por la que no han derribado la puerta del mundo profesional es que aún no tienen la edad profesional ni han contado con la confianza para hacerlo. Aquí no sabemos si la hubieran obtenido, me gusta pensar que sí.
La generación siguiente (96/97/98) de los "Erasmus" Rafa Mujica, Ale Martín, "Robaina" Jr, Manu Alemán..., nuestro JDH y parte de Las Palmas Atlético está reuniendo mayores méritos que las anteriores —incluyendo la de Viera y Vitolo—, como por ejemplo encadenar internacionalidades desde la Sub16 (como nuestro Carlos Quintana), lo cual basta para que un pibe se tome en serio la profesión y es causa sobrada en la mayoría de clubes para entrar en la dinámica del primer equipo aunque sea a título anecdótico.
Lo de las añadas mejores o peores es un tópico que pasa por alto lo fundamental, que es que la promoción al profesionalismo es una parte esencial en la formación de un futbolista. A quien crea que las cosas suceden por arte de magia o generación espontánea no le importará que se pare la máquina, no entenderá el valor que supone depender de uno mismo para la supervivencia futura o el éxito futuro (como lo es actualmente) ni habrá entendido la historia reciente de un club que estuvo al borde de la desaparición y al que únicamente su Identidad salvó de la misma.