El Genoa siempre se ha autoproclamado como el primer club de fútbol de Italia, sin embargo todo hace indicar que los pioneros en la práctica de este deporte en el pais transalpino se encontraban en Turín. Es cierto que el primer documento oficial del que se tiene noticia y, sobretodo posesión, es un libreto que atestigua la fundación con fecha 7 de Septiembre de 1893 del Genoa Cricket and Athletic Club. Libro firmado por el consul británico en la ciudad de Génova, Sir Charles Alfred Payton y entregado por el ex secretario de la nueva sociedad futbolística, el señor Toso, al famoso periodista Gianni Brera. En 1984-1985 el señor Riccardo Grozio (Hoy Director del Museo Ligure dello Sport) tras leer de la existencia de este documento en la página 23 de la obra "Storia critica del calcio italiano" del señor Brera, empezó su búsqueda entre la vástisima biblioteca de los herederos del citado autor. 20 años después: misión cumplida.
Fundación con fecha 7 de Septiembre de 1893 del Genoa Cricket and Athletic Club
Pero más allá de la polémica respecto a la atribución probada con documento fehaciente fundacional, existe la certeza de que antes del mencionado 7 de Septiembre de 1893 se practicaba fútbol de manera más o menos organizada en la ciudad de Turín. Las sociedades futbolísticas protagonistas de los albores del balompié italiano nacieron como sociedades polideportivas que contenían disciplinas como el atletismo, la gimnasia, el polo o el cricket. ¿Esto puede llevar a confusión de modo que sociedades polideportivas como la Reale Società Ginnastica Torino, fundada en 1844, puedan ser consideradas las primeras? No, no podemos decirlo. Esta sociedad en concreto inaugura su sección de fútbol sólo en el 1897, es por ello por lo que queda descartada al igual que la Unione Sportiva Pro Vercelli Calcio (de la ciudad de Vercelli) que nace en 1900 aunque la sociedad matriz es la Società Ginnastica Pro Vercelli de 1892. Por tanto, ¿de qué sociedades futbolísticas turinesas estamos hablando?
Todo parece indicar que las más antiguas son el Football & Cricket Club Torino y el equipo llamado Nobili Torino (donde el Duque de Abruzzo presidía un club de muchachos de alto linaje de la nobleza turinesa), ambos de
1887. Estas dos se fusionaron por obra y gracia de
Herbert Kilpin y de la monarquía de los Saboya en
1891 dando lugar al Internazionale Torino. En 1894 se funda el Football Club Torinese, en 1897 como ya hemos dicho la Reale Società Ginnastica Torino crea su club de fútbol. Después más fusiones y alguna que otra creación, pero los inicios del fútbol en Turín y en Italia fueron esos.
Junto con el citado
Herbert Kilpin y su labor en Turín, hay que hacer lo propio con su compatriota
James R. Spensley y su labor en Génova amen de lo conseguido por el primero, tras Turín, en Milán. La historia de cada cual es la que sigue y es una traducción (no necesariamente y en todo momento textualísima) de un pepinaco de web friki que he encontrado llamada
http://www.storiadelcalcio.info Estos dos artículos son de
Gabriele Porri.
Herbert Kilpin
"Seremos un equipo de diablos. Nuestros colores serán el rojo, como el fuego, y el negro, como el miedo que induciremos a nuestros adversarios". Así, un tipo de 29 años, técnico industrial, saluda el nacimiento del nuevo equipo de fútbol del cual es uno de sus fundadores. El equipo se llama Milan Cricket and Football Club, y el tipo es Herbert Kilpin. Es inglés, viene de Nottingham y llega a nuestro pais, a Turín, para trabajar en la industria textil. Sin embargo su verdadera pasión es el fútbol, con tan sólo 13 años juega en el Club Garibaldi de su ciudad natal, para después pasar al Notts Olympic y al St. Andreas, equipo de segunda división británica. En Turín, sin embargo, funda en 1891 el F.C. Internazionale Torino, equipo con camiseta de rayas amarillas y naranjas-negras (ole sus huevos, mi opinión es que no podía ser que tuviera tan nal gusto, sino que fueron las camisetas más feas y por tanto de las que más quedaban con las que pudo arramplar en la fábrica). Allí conoce y hace amistad con Savage, que es el capitán del equipo. En 1898 y en 1899 Kiplin disputa 2 veces la final del recién nacido campeonato nacional, pero en ambas ocasiones es derrotado por el Genoa del doctor
James R. Spensley, el cual le devuelve a la grande la derrota sufrida por éste en el primer partido de fútbol del cual se tiene noticia: el Internazionale Torino le ganó al Genoa Cricket and Football Club, el 6 de Enero de 1898 en el campo de Ponte Carrega (Génova) por 1-0 con gol de Savage ante 208 espectadores que dejaron una recaudación de 101,45 liras.
Llegado a Milán, Kilpin inicia a frecuentar el American Bar donde, además de hablar de fútbol, parece dedicarse en cuerpo y alma al whisky, hasta el punto de que se forja la leyenda de que llevase su petaquita al campo siempre que tuviese que jugar, entrando en contacto con un grupo de ingleses e italianos (algunos son socios de la de fútbol gimnástico Mediolanum). Se llega así al famoso 16 de diciembre de 1899 en la licorería toscana de la calle Berchet (otras fuentes dicen que fue la sala de té del Hotel du Nord), día de la fundación: arriba esas copas! ha nacido el Milan! Kilpin es el más experto, más autoritario, uno que sabe cómo afrontar a los adversarios. Es una época muy prematura, los equipos no tenían entrenador y la guía de los mismos se le confiaba al jugador más representativo. Para el Milan, obviamente, este era Kilpin. Y así, después de un año de estudio, en el 1901 llega de modo clamoroso el primer título: el Genoa (tricampeón actual) pierde en su casa por 1-0 según algunas fuentes, 3-0 según otras. Parece que Herbert marcó. El Milan juega en un campillo que nada tiene que ver con los suaves campos de hierba inglesa, y a parte de nuestro heroe, el resto del equipo está compuesto por desconocidos y por eso la victoria es aún más saboreada.
La foto de grupo muestra hombres austeros, con grandes bigotes, que parecen más viejos de lo que son.
En el centro, sobre la mesa, está la copa de campeón y cerca, vestido de claro está el presidente Alfred Edwards. Herbert mira el objetivo, tiene la camiseta rojinegra con el cuello almidonado, los pantalones blancos largos: el fútbol es -todavía- un deporte de Lords ingleses. En 1902 el Milan pierde el título con el Genoa, que lo revalidará el siguiente todavía antes de la primera victoria juventina. Kilpin permanecerá guiando al Milan y hay una anécdota curiosa de aquellos años: en un partidillo de entrenamiento el campo está rodeado de chiquillos cuando está a puntod e tirar una falta, entonces un chavalito coge carrera, y manda bien lejos la pelota. Herbert tras la sopresa inicial lo persigue a patadas en el culo. "Quien diría" declaró con el tiempo "que aquel chico a quien perseguí era un tal Renzo De Vecchi, que después llegaría a ser el conocido como "hijo de Dios"". Otra anécdota: en 1905 se casa pero la noche antes deja a la mujer plantada en su casa llorando y es que no puede contenerse, tiene que ir a Zurich porque al día siguiente tiene un partido el Milan contra el Grasshoppers. Cuando vuelve de Suiza está irreconocible con la nariz rota por un fuerte golpe.
El Milan entanto se refuerza y gana el título de 1906 que terminará con la polémica renuncia de la Juve a jugar una segunda final en un campo neutral......en Milan. Kilpin ese año juega de lateral y es el único superviviente del primer título junto a Colombo. El milan confirma la propia superioridad el año siguiente, esta vez en el grupito de tres con el recién fundado FC Torino y los genoveses del Andrea Doria. Los tiempos cambian y entonces la Federación decide limitar los extranjeros. En 1908, con 38 años, Kilpin es apartado por el Milan, hará todavía alguna aparición en el Torino; pero su único y verdadero amor es el Milan.
La vida post-calcio de Herbert Kilpin es un misterio. ¿Se queda en Milan? ¿Vuelve a Inglaterra? La duda permanece hasta que se descubre su tumba en el cementeria mayor de Milán, en el area reservada para los protestantes. Herbert Kilpin muere a los 46 años. el 22 de Octubre de 1916 por una enfermedad quizás provocada por la petaca. Gracias al interés de historiadores y aficionados milanistas, y de la propia Entidad, sus restos se han trasladado al Cementerio Monumental, un lugar más en consonancia con lo que que significó para el fútbol italiano y el Milan en particular.
James R. Spensley
Mainz, Rheinland-Pfalz, Alemania. Allí en los años 90, dos estudiantes genoveses descubren la tumba de James Richardsone Spensley, caido durante la I Guerra Mundial en la cual servía al ejército británico como oficial médico. Seguimos en los 90, pero del siglo XIX esta vez: el doctor Spensley vive desde hace algún año en Génova, donde ha desembarcado y donde trabaja en una compañía marítima. La colonia inglesa en la ciudad portuaria es abundante, y como en cualquier lugar donde viven los súbditos de Su Majestad, se psa bastante tiempo con los juegos inventados y difundidos desde la madre patria; cricket y fútbol. El doctor Spensley ha jugado en los colegios universitarios de la tierra de origen, nada destacable, en un periodo en el que más allá del Canal existen ya los clubes profesionales. Pero es un apasionado, juega de portero y en el campo de Ponte Carrega se exhibe en encuentros amistosos rigurosamente disputados entre ingleses. El treintañero James entiendo que no habrá futuro para el nuevo deporte en Italia si no se admiten también a los indígenas: es mérito suyo si el Genoa Cricket and Athletic Club, fundado en 1893, decide que vengan "admitido socios italianos en número no superior al 50% para facilitar su participación en los juegos deportivos".
Mítico quedará para siempre el primer partido amistoso, en aquel enero de 1898 desde Turín llega un equipo mixto del Internazionale Torino y el FC Torinese capitaneado por Kilpin y Savage. Éste será quien marque el gol de la victoria con nuestro doctor de portero. El Genoa, sin embargo, por aquella época con camisa blanca, se rehace cuano en Torino, en los primero días de Mayo, gana el torneo que asigna al primer campeón de la FIF (Federación Italiana de Fútbol). James esta vez juega de defensa pero cuando el portero Baird se lesiona, es él quien va bajo palos donde es frío, calculador y no exento de coraje. Es el capitán en aquellos años donde la figura del entrenador no existe. El año siguiente mete la palabra Football en lugar de Athletic en el nombre del Genoa, y vuelve a ganar el campeonato en 1899, todavía de defensa y en la puerta Fausto Ghigliotti, uno de los pocos porteros italianos. 2-0 es derrotado el Internazionale Torino en Ponte Carrega.
Las crónicas de la época hablan de un Spensley portero, en un cuadro de otros tiempos: "J.R. Spensley era uno de los primero en el campo. Se dirigía a los postes de una portería, dejaba allí un cartucho de resina pegajosa y esperaba el inicio del juego a saltitos cuidando de cuando en cuando de
amarillear con la resina pegajosa brazos y manos. Parecía un hombre maduro, lento en los movimientos y sin embargo jugaba bien, era agilísimo, muy bueno".
Spensley, que al parecer enseñó a los porteros italianos el despeje de puños, ganó estando de portero los campeonatos de 1900, 1902, 1903 y 1904 y seis en total, lo cual fue un record en su tiempo. Termina la carrera de jugador en 1906, con casi 40 años, y empieza a arbitrar. También consejero federativo: otros tiempos obviamente donde el tráfico de influencias no existía y comportarse como un señor todavía tenía significado creible. Conoció a Baden-Powell, fundador de los Boys-Scout, y fue también pionero de este movimiento en Liguria. Aprendió bastantes lenguas, durante un tiempo fue corresponsal del Daily Mail, en resumidas cuentas un personaje que ha contribuido a crear un aura prestigiosa y mítica entorno al Genoa. En 1914 con el estallido de la guerra decide enrolarse como oficial médico. Desgraciadamente es herido en Le Bessée, según los periódicos de la época mientras socorro a un enemigo. Muere en el hospital de Mainz el 10 de Noviembre de 1915. Junto a él, otro genoano notorio en el mundo del fútbol, Luigi Ferraris, muere en esta Primera Guerra Mundial.