A PUERTAS DEL ASCENSO TRAS VIVIR TODO EL AÑO EN EL ALAMBRE
Publicado: Mar Jun 13, 2006 1:07 am
El equipo amarillo se ha sobrepuesto en más de una ocasión a los contratiempos.
La UD viaja con duende desde Almansa
15 de septiembre de 2005. El verano daba sus últimas dosis de calor en pleno corazón de Castilla y La Mancha. Aquel día proporcionó una noche mágica para la Unión Deportiva Las Palmas. Fue en Almansa, ante el equipo local, y en la Copa del Rey. Desde ese momento, desde aquella eliminatoria ganada el 15 de septiembre de 2005, en el último suspiro veraniego, a base de corazón, empeño y entrega, la UD Las Palmas tiene duende.
MARTÍN ALONSO. Las Palmas de Gran Canaria
Igual no tiene mucho más la plantilla de Juanito, elaborada en su momento por él y ahora aleccionada también por él, pero hasta hoy, a un palmo de distancia de las primeras caricias de otro verano, la UD Las Palmas aspira al ascenso a Segunda división tras vivir todo el año en el alambre, pero cómodo y superior, tal vez seguro y sobrado por viajar siempre con un duende en el bolsillo, durante las dificultades.
Fue el no va más la UD Las Palmas aquella noche estival. Ganó al Almansa en la prórroga, con tres jugadores menos por las expulsiones de Curro, Javi Ortega y Darino, y con Aday (centrocampista) en la portería.
Pruebas de fiabilibidad
Esa victoria, aquella machada en Almansa, empapó de fe a una plantilla que hasta ahora se ha mostrado inasequible al desaliento. Pruebas de su fiabilidad ante la adversidad: sorprendente ante la teórica superioridad del Pontevedra (0-1); creyente hasta el último instante ante el Rayo Vallecano (1-0); paciente a la hora de la verdad en Arrecife frente al Lanzarote (0-1); y con la convicción por bandera en Anoeta ante la Real Sociedad B (2-1).
La UD Las Palmas llena de fe a su gente. Y su gente cree porque ve. Ve a un equipo que no claudica y que ahí sigue: en la lucha. Ni se corta por su limitada calidad, ni se esconde por su poco fútbol. Es bravo, tira hacia adelante y así, tan cerca de la gloria como del fracaso, el conjunto amarillo se ha plantado ante la última puerta que lleva a Segunda división.
El Linares es el último obstáculo. Y la UD Las Palmas lo afronta con duende, el mismo que le acompaña desde Almansa. El mismo que empujó el penalti ante el Rayo o el gol ante la Real Sociedad B.
www.canariasahora.com
La UD viaja con duende desde Almansa
15 de septiembre de 2005. El verano daba sus últimas dosis de calor en pleno corazón de Castilla y La Mancha. Aquel día proporcionó una noche mágica para la Unión Deportiva Las Palmas. Fue en Almansa, ante el equipo local, y en la Copa del Rey. Desde ese momento, desde aquella eliminatoria ganada el 15 de septiembre de 2005, en el último suspiro veraniego, a base de corazón, empeño y entrega, la UD Las Palmas tiene duende.
MARTÍN ALONSO. Las Palmas de Gran Canaria
Igual no tiene mucho más la plantilla de Juanito, elaborada en su momento por él y ahora aleccionada también por él, pero hasta hoy, a un palmo de distancia de las primeras caricias de otro verano, la UD Las Palmas aspira al ascenso a Segunda división tras vivir todo el año en el alambre, pero cómodo y superior, tal vez seguro y sobrado por viajar siempre con un duende en el bolsillo, durante las dificultades.
Fue el no va más la UD Las Palmas aquella noche estival. Ganó al Almansa en la prórroga, con tres jugadores menos por las expulsiones de Curro, Javi Ortega y Darino, y con Aday (centrocampista) en la portería.
Pruebas de fiabilibidad
Esa victoria, aquella machada en Almansa, empapó de fe a una plantilla que hasta ahora se ha mostrado inasequible al desaliento. Pruebas de su fiabilidad ante la adversidad: sorprendente ante la teórica superioridad del Pontevedra (0-1); creyente hasta el último instante ante el Rayo Vallecano (1-0); paciente a la hora de la verdad en Arrecife frente al Lanzarote (0-1); y con la convicción por bandera en Anoeta ante la Real Sociedad B (2-1).
La UD Las Palmas llena de fe a su gente. Y su gente cree porque ve. Ve a un equipo que no claudica y que ahí sigue: en la lucha. Ni se corta por su limitada calidad, ni se esconde por su poco fútbol. Es bravo, tira hacia adelante y así, tan cerca de la gloria como del fracaso, el conjunto amarillo se ha plantado ante la última puerta que lleva a Segunda división.
El Linares es el último obstáculo. Y la UD Las Palmas lo afronta con duende, el mismo que le acompaña desde Almansa. El mismo que empujó el penalti ante el Rayo o el gol ante la Real Sociedad B.
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